Hoy en día lo que se lleva es el color -- este año el turquesa, por lo visto --. Tanto, que a veces se nos olvida la fuerza y la elegancia que tiene la combinación del blanco con el negro. Y como muestra, un botón, o en este caso, un cojín.
Los cojines en blanco y negro de Ferm Living son un buen ejemplo de como se pueden crear diseños llamativos sin recurrir a colores intensos o materiales lujosos. A veces basta con un buen motivo -- mis preferidos son la bicicleta y la jaula -- y una proporción adecuada de lleno y vacío para conseguir llamar la atención.
Pero esa no es su única virtud. Son cojines bastante grandes, 50 x 50 centímetros los cuadrados y 70 x 35 los alargados, la funda es de algodón y están rellenos de plumón. Siempre es de agradecer que un diseño atractivo esté fabricado con materiales de calidad. Lástima que no sean precisamente baratos -- 67 euros la unidad -- si no, más de uno acabaría adornando mi sofá o mi cama.
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