Cuando se está acostumbrado a dormir en pareja y un buen día nos dejan solos en el lecho, hay dos opciones: o aprovechar la ausencia para disfrutar de la cama para uno solo, o por el contrario, abrazarse a la almohada fuertemente mientras echamos de menos esa presencia. Pero las almohadas, aunque mullidas, no se mueven ni respiran, de manera que hay que ponerle mucha imaginación al asunto.
Funktionide es un invento, más bien un experimento, que nace de meses de investigación sobre polímeros electroactivos; una reflexión sobre cómo las nuevas tecnologías cambiarán la forma de entender algunos productos en el futuro. Funktionide simula una presencia física, que pretende contrarrestar la sensación de soledad, es un gran almohadón que se mueve lentamente, cambiando sutilmente de forma al compás de un ritmo suave.
Yo me sigo quedando con el tacto humano, pero ¿podremos comprar en un futuro pequeños robots blanditos y amables que nos proporcionen una presencia y un pálpito casi humano? quizá nuestros sofás se pueblen de estos inventos, o tal vez sean los propios sofás los que cobren vida para recordarnos que no estamos solos, que ellos, con sus complejos mecanismos interiores, estarán siempre ahí para velarnos.
Vía | ESBlog
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