Hay envases que da pena tirar a la basura cuando la comida de su interior se acaba porque por su forma, sus materiales o sus acabados vemos en ellos claras posibilidades de aprovechamiento. Pasa por ejemplo con los botes de Pringles, su forma cilíndrica, su cartón resistente, la tapa con cierre hermético en plástico... Evidentemente ahí hay potencial.
Nos falta a veces la inspiración artística para decidir en qué queremos convertir esos botes, pero si la creatividad no nos brota de forma natural siempre podemos recurrir a redes sociales para copiar las ideas de otros o inspirarnos en ellas y aquí tenemos una muy buena para convertir esos botes en jarrones.
Jarrones de pega porque, al ser de cartón, no conviene llenarlos de agua para colocar flores frescas... Aunque podríamos valorar la posibilidad de meter algo de vidrio o plástico dentro para poder usarlos también con agua. En cualquier caso con una mano de pintura y una decoración sencilla, rápidamente conseguimos unos jarrones de diseño para alegrar con flores artificiales o secas cualquier esquina.
Si lo pensamos bien estos proyectos tienen un montón de ventajas: gastamos en ellos poco dinero o nada, convertimos en algo útil lo que a priori iba a acabar en la basura, reduciendo así el volumen de residuos y contribuyendo a la conservación del medio ambiente y pasamos un rato entretenido dando rienda suelta a nuestra creatividad.
Foto de portada | goiwara en Pixabay
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