Tres años pasan muy rápido cuando estás a tus cosas, pero cuando se realiza una reforma, se convierten en una eternidad. Ese es el tiempo que la emblemática tienda de Habitat en la Castellana ha estado cerrada, tras afrontar el edificio en el que está ubicada una reforma completa que lo dejó prácticamente en el esqueleto.
La marca, fundada en 1964 por Sir Terence Conran, inauguró este espacio madrileño en el año 1996, siendo desde entonces uno de sus establecimientos insignia. Tras estos tres años de obras, ayer tuvo lugar la inauguración oficial, con la tienda abierta al público y a la prensa. Decoesfera estuvo allí y vamos a transmitiros nuestras impresiones.
A primera vista, la tienda parece más grande, a pesar de que como nos dijeron, ha perdido algo de espacio. Esto se debe a un cambio de concepto a la hora de platear la oferta al público. Recuerdo que antes del cierre, la tienda tenía un aspecto algo elitista, con los muebles formando escuetos espacios de exposición, con algunos tabiques que compartimentaba la tienda, y escasos expositores para artículos pequeños.
El concepto actual es completamente diferente, seguimos encontrando los mismos ambientes en los que se muestran grandes piezas como sofás, mesas o muebles de cocina, pero estos ya no pretenden resaltar en exclusiva, compartiendo espacio con islas en las que se muestran, y están listos para comprar, complementos y pequeños artículos de bajo precio, desapareciendo toda separación física, razón por la cual la tienda resulta diáfana y parece mucho más grande.
Salvando las distancias, es una fórmula muy parecida a la que aplica Ikea en sus tiendas, todo está a mano y resulta atractivo, queriendo de esta manera acercar el producto al comprador.
La primera planta disfruta de grandes ventanales a la calle, con una exposición de muebles jalonada por una zona de velas, flores artificiales, productos estacionales (en este caso, colección de verano para exterior), láminas, marcos y productos para niños.
Quienes recuerden la escalera que llevaba a la planta baja, sabrán que se situaba en la zona central siendo la responsable en gran parte de la compartimentación de la tienda. Ahora está adosada a una pared junto al ventanal, y resulta mucho más ligera, realizando tan solo un leve ángulo en su bajada.
La planta baja acoge una amplia zona de exposición en la que se exponen artículos para el baño, el dormitorio y la oficina, con especial énfasis en la cocina, destacando los muebles ya clásicos de la firma, y una gran sección de utensilios, entre los que encontramos algunos productos de Joseph Joseph y The Greens, además de los clásicos de Habitat, como el asador de pollos de terracota.
La sección de iluminación también merece capítulo aparte, con lámparas de diseño expuestas con acierto, y en distintos rangos de precios, algunas de ellas bastante asequibles.
Además de la colección permanente, en la tienda se destacan objetos diseñados por conocidos profesionales; todos llevan una gran etiqueta azul con el nombre del diseñador, una línea comenzada años atrás de la cual guardamos buen recuerdo de uno en especial: el mítico calzador de Manolo Blahnik. Con el tiempo tienen pensado invitar a diseñadores locales que realicen diseños más adaptados al mercado español, una acertada iniciativa. En la tienda también se ha querido dar protagonismo a algunas piezas con una buena relación calidad precio, como un conjunto de mesas Kilo, otro clásico de la marca.
Da la impresión de que la espera ha merecido la pena, recuperando la firma un enclave estratégico, situado en una zona de fácil acceso, concurrida y dentro de la capital, y con un nuevo aire mucho más cercano al potencial cliente.
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