Al margen de las críticas y de las numerosas polémicas que ha suscitado la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 en Madrid no podemos por menos que fijarnos en la arquitectura y el diseño que acompañan a este evento, sin duda el más importante de los últimos tiempos en nuestro país.
El artífice de todo ello ha sido el arquitecto Ignacio Vicens, socio del estudio Vicens-Ramos, experto en construcciones efímeras y conocido ya por su colaboración en otros acontecimientos como la decoración de la catedral de la Almudena, en la que se celebró la boda de los Príncipes de Asturias, o la realización del palco del Paseo de la Castellana creado para la visita del Papa Juan Pablo II en 2003.
Precisamente esa propiedad en la que Vicens es experto, lo efímero, ha sido la línea que ha marcado todo el diseño en la JMJ, en la que se han utilizado sistemas modulares y económicos capaces de montarse y desmontarse fácil y rápidamente. El color elegido para las estructuras protagonistas, el altar de Cibeles, los confesionarios y el estrado de Cuatro Vientos, ha sido el blanco, no sólo por ser el color vaticano por excelencia sino porque resulta muy adecuado especialmente en los escenarios ya que ofrece la posibilidad de hacer proyecciones y juegos de luces.
El escenario de Cibeles se ha situado en la plaza del mismo nombre, uno de los lugares más emblemáticos de la capital de España, a los pies del Palacio de Correos, sede actual del Ayuntamiento y frente a la fuente de Cibeles (1782) –diosa frigia de la Tierra- representada sobre un carro tirado por leones. La plaza se encuentra en la confluencia de los paseos de Recoletos y de El Prado y la calle Alcalá y está rodeada por edificios históricos construidos entre los siglos XVIII y XX: Palacio de Linares (1900), Ayuntamiento de Madrid (1919), Banco de España (1891) y Palacio de Buenavista (1777).
La construcción, presidida por una representación de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, en uno de los laterales, mide 31 metros de frente, 16 de fondo y cuenta con una parte cubierta de 6 de altura. Está acompañada por diferentes anejos destinados a albergar todas las funciones necesarias, como el coro y la orquesta, a la izquierda del escenario, o la tribuna de prensa de tres alturas, situada frente al escenario al otro lado de la plaza.
El carpintero abulense Emilio Úbeda, cuyo abuelo fundó el taller en 1910, ha sido el encargado de elaborar artesanalmente los 200 confesionarios realizados para la JMJ2011, de acuerdo con la maqueta realizada por Ignacio Vicens. El original diseño, con forma de vela de barco en color blanco, ha sido muy aplaudido, aunque algunos opinan que un lugar de perdón y acogida no puede estar lleno de planos puntiagudos, por mucho que se propugne como espacio abierto y amigable. El material elegido ha sido la melamina, que ha prevalecido frente a otros como tela, hierro o resina por su ligereza, facilidad de montaje y resistencia.
El imponente estrado situado en el aeródromo militar de Cuatro Vientos, simulando una montaña desde donde el pontífice hablará bajo la sombra de un árbol metálico gigante, es sin duda lo más espectacular de estas Jornadas.
El conjunto, cuya obra ha sido dirigida y financiada por las empresas OHL y FCC, ha sido construído en un tiempo récord de seis semanas, contando con la colaboración de cuarenta operarios de media por día. Se trata de un escenario de 4.000 metros cuadrados de superficie con capacidad para 2.200 personas, uno de los escenarios más grandes construídos para este tipo de eventos. Desde este espacio se presidirán los actos programados para hoy 20 y mañana 21 de agosto.
El altar tiene 190 metros de largo, 21 de altura y 36 de ancho. Para llegar a estas dimensiones ha sido necesario utilizar 21.000 metros cúbicos de andamio; y para contrarrestar los posibles efectos del viento y como seguridad, se han colocado 500 toneladas en contrapesos de hormigón. En conjunto se han pintado más de 9.000 m2 de superficies rugosas en color blanco y además se ha instalado una plataforma móvil a fin de elevar la custodia de Toledo, cuyo peso supera los 200 kilos, que estará presente en la vigilia de esta tarde.
En la base de la montaña, de 21 metros de alto, un árbol gigante con ramas doradas protegerá a Benedicto XVI del ardiente sol que estamos sufriendo estos días. En realidad, cuenta Ignacio Vicens, se trata de una metáfora: la montaña es una manera de hablar de la raíz de la fe, es el árbol que se arraiga en el monte, la Jornada Mundial que se arraiga en la fe. La estructura que conforma el árbol tiene un peso de 15 toneladas, que soportan los 264 m2 que mide de copa.
En diferentes plataformas de la misma base estarán situados la familia Real, miembros de la iglesia católica, autoridades e invitados y en la parte inferior se han establecido pequeñas estancias necesarias para la adecuada organización de las distintas personalidades que asistirán al encuentro como sacristías, vestuarios, aseos, botiquín, etc. En su construcción se han empleado más de 1.300 m2 de placas de yeso laminado.
Imágenes | Iglesia Actualidad, Cadena Ser
Más información | Web oficial JMJ 2011 Madrid
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