Siempre he considerado que las mesillas de noche son imprescindibles en el dormitorio, además a ser posible me gusta que sean grandes y es que sobre ellas yo siempre tengo muchas cosas que colocar, que si teléfonos, radio, algún adorno, foto o recuerdo personal, pañuelos de papel ahora en invierno con los catarros, alguna cosa urgente que no debo olvidar al día siguiente… En definitiva que yo la utilizo mucho.
Pero siendo realistas en los dormitorios no siempre hay la suerte de contar con espacio suficiente para colocar mesillas grandes, a veces tenemos que conformarnos con unas pequeñitas en las que a penas cabe nada, por eso si tenemos que colocar una lámpara de mesa nos habremos quedado totalmente sin espacio y de la iluminación evidentemente no podemos prescindir, así que en este caso los apliques son una buena solución.
Digo en este caso porque yo no soy muy de apliques, me gustan las lámparas de techo en donde corresponde, por ejemplo sobre la mesa de comedor y las lámparas de pie para iluminación indirecta, pero al aplique no le encuentro muchos usos que encajen con mi estilo, este de las mesillas si que me parece el más adecuado por lo funcional, las luces independientes de poca potencia una a cada lado de la cama ayudan a que los dos que comparten dormitorio se molesten lo menos posible y no vean muy condicionada su libertad.
El aplique nos permite leer cuando nos acostamos, disponer de luz durante la noche si la necesitamos en un momento dado pero sin tener que encender la general de la habitación, también a primera hora de la mañana si uno de los dos del dormitorio madruga más que el otro, en definitiva, es necesario luz en la mesilla y el aplique nos la proporciona sin ocupar espacio, sólo falta buscar el modelo y la pantalla que mejor se ajuste a nuestro gusto y problema resuelto.
Imágenes vía | Monli decoración
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