Cada vez vemos más y más opciones decorativas que se apartan de lo establecido. Algunas lo hacen a pasos agigantados, la verdad. Siempre he defendido la originalidad en cuanto a decoración, vestimenta y demás ornatos, que cada cual cree su espacio como más le guste.
Pero hay algunas ideas que sinceramente me dejan sin palabras. Hoy no tengo el día para calificar de buena o mala una idea, que cada uno decida si lo es o no dentro de nuestra preciosa libertad, por supuesto. Pero no puedo dejar de comentar el cabecero que he encontrado bujuleando por la red.
La lencería está de moda, los corsés han vuelto con fuerza y se muestran orgullosos gracias a Dita Von Teese y otras diosas del burlesque. Quizá por ello, en el caso que nos ocupa, estas fajas-ligueros se han colgado de la pared formando un cabecero difícil de mirar. En mi opinión se ha hecho con escaso gusto, ya que al ir colgadas directamente sobre la pared dan la impresión más de un tendedero de ropa interior que de otra cosa.
Confieso que no me gusta el efecto en absoluto, pero creo que la idea podría mejorarse ya que las piezas parecen tener cierta importancia y antigüedad. Quizá si estuvieran enmarcadas individualmente podrían resultar más estéticas, amén de contar con una mejor conservación e higiene. Tres marcos suficientemente neutros como para que la atención recaiga en las prendas, rodeados de otros más pequeños para los guantes, pueden componer un bodegón fetichista que enmarque la cama con un efecto más cuidado.
Vía | Casa Sugar En Decoesfera | Una mala idea: decorar con muñecas rotas
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