Los cabeceros son un clásico en el mundo de la decoración de dormitorios. En origen, los cabeceros servían como barrera para protegerse del frío de las paredes o de las corrientes de aire. Y eran algo que se utilizaba sobre todo entre las clases más acomodadas, siendo un símbolo de estatus.
En las últimas décadas, los cabeceros perdieron su función protectora, quedando sobre todo por su aspecto estético. En este sentido, los cabeceros tienen un potente papel a la hora de transformar cualquier dormitorio gracias a los diseños que lanzaban a la venta las distintas firmas de decoración.
Adiós a los cabeceros
En los últimos años hemos visto cabeceros barrocos y recargados, limpios y minimalistas, de terciopelo y de materiales naturales como la madera, el mimbre o el bambú, discretos o de diseños extravagantes que recubrían buena parte de la pared.
Pero ahora, parece que la era de los cabeceros va llegando (de momento) a su fin para dar paso a nuevas tendencias que van a llenar de vida las paredes del dormitorio sin tener que recurrir a lo de siempre.
Los murales que recubren toda la pared
Mural de Les Dominotiers / Pepe Peñalver
Los dormitorios ganan en teatralidad y puesta en escena al instalar grandes murales que recubren las paredes del dormitorio, como mural Jardin Méditerranéen de la firma francesa Les Dominotiers.
Un cabecero de cama de obra
@raulcelestinofoto_photo
Esta idea requiere sin duda de un presupuesto mayor... Pero el resultado final, bien vale la inversión. Se trata de integrar la cama en un cabecero de obra creado en la pared. Puede ser de un nicho de formas orgánicas, más minimalista, o incluso que ocupe toda la pared, e incluir zonas de almacenamiento.
En el caso de la foto, se trata de un proyecto creado por el estudio español Rez Estudio, con formas curvas y orgánicas y tonalidades muy suaves para crear un ambiente cálido y relajado. Para contrastar, los cojines de Harlequin con formas geométricas son ideales.
Suelos y pared, con el mismo revestimiento
Hisbalit, David Zarzoso
En los dormitorios hay una tendencia que también está al alza: recubrir el suelo y la pared con el mismo revestimiento. En este caso, se trata del proyecto Casa Cabanyal, creado por Viruta Lab, finalista en los premios ADCV, donde destaca un mosaico en damero de Hisbalit.
Fotografía de portada | Freepik
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