Una mala idea: decorar con muñecas rotas

Una mala idea: decorar con muñecas rotas
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Me acuerdo de que cuando era pequeña, tenía amigas que colgaban sus muñecas de las paredes: con una goma en el cuello y una o dos alcayatas, las muñecas no se movían, haciendo un efecto decorativo pero también (supongo) ahorrando espacio en el juguetero. Esa decoración me pone alegre, pero la reinterpretación que ha hecho la dueña de la casa que veis sobre estas líneas me parece sobre todo siniestra.

Las muñecas que pueblan sus paredes están rotas y sucias. Como su dueña explica, ha ido recogiendo estas muñecas de tiendas de segunda mano, algunas le pertenecían cuando era pequeña e incluso una la cogió de la calle.


Ojo, no tengo nada en contra de las antigüedades o de recoger por la calle algún objeto que creas que te va a servir, pero si están tan sucias como estas muñecas y las vas a colgar de la pared de tu cuarto, ¿qué menos que darles un lavado? Además como están desnudas y calvas en su mayoría dan mucha penita.

Vaya, que yo este dormitorio lo vería más para Marilyn Manson o para un gótico triste que para una persona más optimista con la vida. El hecho de que muchas de las muñecas estén rotas tampoco ayuda a armonizar la estancia, aunque me gusta el dosel en combinación con el color de las paredes.

Imagen vía | Design*Sponge
En Decoesfera | Lámpara y colgador de muñecas

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