Elegir el cabecero de la cama es una de las decisiones más importantes a la hora de decorar el dormitorio, no sólo el que podemos atribuir a una pieza más del mobiliario ya que éste tiene mucho peso dentro de la habitación y puede marcar con fuerza su estilo y su personalidad.
Por eso tenemos que pensarnos mucho que pieza elegir (sí, aún más que para los otros muebles de la habitación), y hay algunos factores decorativos, de los que vamos a hablar hoy, que es muy importante tener en cuenta antes de tomar esa decisión.
- En primer lugar tenemos que tener en cuenta el tamaño de la habitación. Sobre todo porque el cabecero al ser una pieza central tiene la posibilidad de crear muchos efectos visuales sobre ella, pero también porque un mayor tamaño del mismo supone una menor superficie útil de la habitación.
Así por poner un ejemplo si nuestra habitación es pequeñas debemos olvidar poner estructuras grandes y pesadas puesto que recargarán el ambiente.
En cuanto a los efectos visuales hay muchas cosas que podemos decir, como por ejemplo que elegir pintura decorativa evita tener que poner un cabecero tradicional aunque esta tenga el mismo peso, que un cabecero oscuro puede dar profundidad, que uno claro puede aligerar la habitación,...
También tenemos que tener claro desde el principio qué lugar queremos que ocupe nuestro cabecero en la habitación, de manera que si queremos que destaque tenemos la posibilidad de crear una pared de impacto tras él y si lo que que queremos es que las miradas recaigan en otro punto de la habitación podemos homogeneizarlo con el resto de las paredes pintándolo del mismo color.
El estilo de la habitación también es importante a la hora de elegir el cabecero, en este caso tenemos dos opciones utilizar el mismo estilo que para el resto de la habitación o utilizar el recurso de optar por un estilo distinto para destacarlo dentro de la misma, muy útil si lo que queremos crear es una habitación de estilo ecléptico.
El color es tambien importante, y no sólo el color, sino el contraste que este causa con la pared trasera. Si optamos por un contraste claro el cabecero será más llamativo, mientras que si lo que queremos es disimularlo podremos conseguirlo, como he dicho antes, utilizando colores muy parecidos o iguales a los de la pared trasera.
El material que escojamos es también importante, ya que puede suponer sensaciones diferentes para la habitación. Por ejemplo la madera da una sensación cálidad, el hierro forjado da un toque romántico, las telas aportan, al igual que la madera calidez.
Por último las texturas y el diseño: existen muchísmos modelos de cabeceros labrados, que suponen que este sea más dinámico. Un dinamismo que puede pasar al resto de la habitación, dándole un aspecto más juvenil y jovial.
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