Yo cuando vi esta foto la primera vez, pensé que el decorador se había vuelto loco. La segunda vez, intenté comprender el diseño del estampado. La tercera vez ya me decidí a compartirla con vosotros. Aunque no es una habitación pequeña, el estampado se come todo el espacio visual.
Tenemos el mismo dibujo en las paredes, en la colcha, en las cortinas... incluso los visillos tienen unas formas parecidas en rosa. Esta combinación en rosa y blanco dan mucho agobio visual, el ojo no sabe cuándo empieza un mueble y cuándo termina la pared, ya que el dibujo ha homogeneizado todos los objetos de esta imagen.
El hecho de que esta foto sea de una casa de los 70 no es excusa para el mal uso que se ha hecho de los textiles. Veamos cómo se podría solucionar con trucos del año 2009:
En primer lugar, habría que elegir si ponemos el estampado en la pared o en los textiles. Si elegimos una pared colorida, lo mejor es optar por una colcha sobria y un suelo en un color neutro. El techo por supuesto, tendría que ser blanco para agrandar la sensación visual.
Si se elige que los textiles sean los protagonistas, intentar coordinarlos entre sí cromáticamente pero no necesariamente con el mismo dibujo. Lo mejor es que los tonos sean los mismos y que cada pieza sea distinta a las demás. En el mercado hay muchas telas, se pueden elegir algunas que sean a rayas, otras a lunares y otras que sean con algo figurativo. El objetivo final es que se distinga la colcha de la pared, cosa que en esta imagen no sucede.
Si vais a apostar por un look total como el que nos ocupa, pensadlo dos veces, ¿cuánto tiempo aguantaríais en una habitación similar a la que os enseño?
Jugad con los complementos para sacarlos de otro color. Aquí vemos cómo la mesa es de madera rojiza y casi no destaca. En cambio, la estructura de la silla al ser oscura, sí que se ve claramente.
Bueno, ya os he pasado la paranoia de hoy. ¿A vosotros os gusta cómo queda este dormitorio?
Imagen vía| Army.Arch En Decoesfera | Cómo elegir los mejores colores para el dormitorio
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