Si preguntásemos a los profesionales, y a los aficionados en general, cuál es el término que más veces se repite, en los últimos años, en el mundo de la decoración, estoy convencido de que no habría ninguna duda, y se oiría al unísono la misma respuesta: vintage. Y es que lo vintage es tendencia: es uno de los trending topics más demandados, no solo en el mundo de la moda sino, como digo, también en el de la decoración.
Y es que ya no nos sirve con volver la vista atrás en busca de inspiración, queremos introducir el pasado en nuestras vidas, en nuestras casas: ese es el espíritu vintage. Sin embargo, curiosamente, es todavía difícil encontrar dormitorios infantiles de estilo retro o vintage, sobre todo en nuestro país. Seguimos prefiriendo para nuestros hijos las habitaciones estandarizadas, los muebles en bloque, complementados hasta el mínimo detalle, donde no haya ninguna pieza que desentone de la que tiene al lado, en detrimento de la originalidad.
¿Por qué no poner en las habitaciones de los peques muebles recuperados, rescatados, como los de las imágenes anteriores? Además de individualizar su espacio, de hacerlo diferente, tendremos la satisfacción de haber puesto nuestro granito de arena en el mobiliario de su habitación. ¿No os parece encantadora esa cuna azul? ¿Y qué me decís del armario al que se ha dado un nuevo uso como biblioteca y organizador de sus juguetes?
Pero ya no solo se trata de los muebles, sino que el espíritu vintage intenta reproducir los ambientes añejos, el sabor de otras épocas. Una pared de ladrillo visto, por ejemplo, transmite toda la esencia de los espacios industriales. Si además lo aderezamos con objetos como una maleta antigua, unas cajas recicladas de madera a modo de estanterías y una cama de hierro antigua, el éxito está garantizado.
También podemos apostar por un vintage más romántico, muy cercano al estilo shabby chic, como el de la anterior imagen, ideal para la habitación de una niña. Bastará con que la paleta cromática derive hacia los tonos pastel y añadamos, por ejemplo, una lámpara de pie con la pantalla entelada y un armario con puertas de cristal. El perchero de colegio sobre la cama terminará de darle ese aire de habitación de comienzos de siglo.
El espacio en el que nuestros niños duermen, juegan o hacen los deberes después de la escuela, es decir, en el que pasan gran parte de su día a día, es importantísimo en su desarrollo. ¿Por qué entonces no hacer de él algo especial, original, creativo, absolutamente individual y diferente?
Vía | The boo and the boy
En Decoesfera | Qué muebles son imprescindibles en una habitación infantil, Puertas abiertas: un dormitorio de bebé con toques vintage
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