Aunque dedicamos bastante tiempo, en general, a preparar la casa para la llegada de un recién nacido, muchas veces acabamos creando una habitación poco práctica para el niño. El fallo más frecuente lo tiene identificado Ivana González Mena, directora de Menamobel, y es que muchos padres transforman una habitación de la casa en cuarto de bebé sin tener en cuenta que los niños crecen... Pero hay otros errores a evitar y aspectos clave a tener en cuenta.
Lo primero es aprovechar las ventajas que ofrecen los muebles multifunción y evitar los de uso limitado. Las cunas y los muebles cambiadores son ideales para los primeros meses del bebé, pero una vez que el niño crezca, no serán útiles y quedarán relegados a la buhardilla. Lo más aconsejable es apostar por muebles que se adapten al crecimiento del niño.
Menos es más, es otro aspecto clave. Cuando hay un nacimiento, los padres reciben numerosos regalos para el bebé, peluches, juegos, canastillas, etc. y tienden a colocar todo en la habitación del niño. Es habitual ver estanterías llenas de muñecos y de todo tipo de regalos, muchos de ellos, no adecuados para la edad del niño. Los expertos aconsejan vigilar qué es lo que se pone al alcance del pequeño para evitar disgustos y no sobrecargar.
En la habitación infantil es fundamental que haya espacio para jugar. En las grandes ciudades las habitaciones son cada vez menos espaciosas y para aprovecharlas al máximo conviene colocar los muebles de forma que quede espacio para que el niño juegue. Disponer el mobiliario en forma de L permite una mayor amplitud. El centro de la habitación se queda vacío y es ahí donde se puede poner una bonita alfombra para el juego.
Como en toda la casa, hay que organizar bien el almacenaje. Juguetes, libros, peluches, ropa... Los niños tienen multitud de objetos que hay que guardar, por ese motivo siempre hay que buscar espacios de almacenaje que permitan mantener el orden en la habitación. Además, de esta forma, se inculca el hábito del orden desde que son pequeños.
Y finalmente, un fallo importante es pensar que únicamente con la luz del techo la estancia quedará iluminada. El resultado es una mala iluminación o bien por falta de luz, o porque se ha decidido poner una bombilla demasiado potente. Desde Menamobel aconsejan poner otros puntos de luz, lámparas de pie, en la mesilla o en el escritorio, cada una con un tipo de luz. Por ejemplo, la de la mesilla que sea más tenue para incitar al sueño.
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