Muy original y divertida me ha parecido la idea de Dutch by design, de crear una estantería a partir de la imagen de un libro, la idea es que si sobre el estante colocamos otros libros, parece que están colocados en el aire porque no se distinguen del estante, el efecto óptico es realmente curioso, parece que los libros se sostuviesen por arte de magia junto a la pared.
SelfShelf es por supuesto el nombre más adecuado para este concepto, porque los libros hacen de estante para si mismos, hay varios modelos de estantes de este tipo, me refiero a que los hay hechos con libros diversos, pero en todos los casos la imitación es siempre perfecta y si no nos fijamos mucho, llega a despistar.
Lo más importante en este caso es la disposición de los estantes, hay que darse cuenta de que no se trata de una estantería convencional, las "baldas" se venden de forma independiente y son muy pequeñas, recordemos que tienen el tamaño de un libro, así pues deberemos comprar unas cuantas, podemos elegir entre varios colores y modelos, y deberemos colocarlas en la pared en grupos de dos o de tres, distribuidas de forma simétrica o asimétrica según nuestro gusto.
Es interesante mantener entre ellos bastante separación en vertical, nos dice el fabricante que los estantes son suficientemente resistentes como para sostener un buen número de libros y además no limitaremos la altura de algún jarrón u otra pieza que queramos colocar sobre ellos de ese modo optimizaremos su aprovechamiento, en cuanto al precio aproximadamente entre 20 y 30 euros dependiendo del modelo.
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