Tal vez no sea vuestro caso, pero mi cocina ya estaba saturada de electrodomésticos cuando la industria decidió que no se podía vivir sin una cafetera espresso.
Desde ese día hasta hoy, los grandes almacenes y tiendas especializadas se han llenado de todo tipo de modelos de dimensiones considerables. Tan sólo algunas iniciativas como Nespresso ofrecían cafeteras más compactas, pero a cambio de tener que usar sus monodosis.
Pero cuando ya me había resignado a buscar la forma de encajarla en mi abarrotada cocina, me encontré está preciosidad paseando por IFA 2009.
Se trata de una cafetera muy pequeña y ligera diseñada por la empresa alemana WMF. A diferencia del resto de modelos de tamaño reducido que hay en el mercado, utiliza café molido, con lo que podemos utilizar la marca que más nos guste.
Además, sus formas rectangulares nos permiten guardarla en un armario sin perder mucho espacio, aunque es tan bonita que yo la prefiero sobre mi bancada.
La única pega es que sólo sirve una taza a la vez, al igual que la mayoría de monodosis compactas, por lo que si queréis dos servicios hay que realizar el proceso entero de nuevo, y es un poco más laborioso que poner una cápsula y darle a un botón.
Por eso creo que es perfecta para solteros con cocinas poco generosas pero que no quieran renunciar a un buen café.
Está disponible en varios colores por 99 euros e incluye una taza a juego que deberemos tratar como a la niña de nuestros ojos, porque el hueco de la cafetera está diseñado única y exclusivamente para ella. Aunque si no os fiáis de vosotros mismos siempre podéis comprar alguno de los juegos de tazas que ofrecen.
También hay disponibles diversos accesorios como azucareros, un aplique especial para té y hasta una bolsa de transporte para que no te quedes sin tu café recién hecho allá donde vayas.
Más información | WMF En Decoesfera | Espresso auténtico y diseño de lujo
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