Primavera y verano son épocas en las que muchos nos animamos con las reformas, por ejemplo, a cambiar la cocina. La renovación de la cocina es una de las inversiones del hogar más altas, tanto desde el punto de vista económico como de tiempo y recursos empleados, y por ello es importante planificar desde el inicio para no cometer errores difíciles de corregir después.
Una planificación adecuada de la cocina no solo evita quebraderos de cabeza, sino que a la larga también tendrá repercusión en la salud, evitando, por ejemplo, problemas de espalda. La altura de los muebles, los materiales e incluso tener en cuenta si eres zurdo o diestro, va a ser clave para conseguir un espacio perfecto y ergonómico, según nos explican desde la Asociación de Mobiliario de Cocina (AMC).
Lo primero de todo es pensar qué necesitamos para organizar el espacio y que la cocina sea funcional y ergonómica, teniendo en cuenta nuestra forma de cocinar, el espacio disponible y la funcionalidad que queremos darle a la cocina. Una vez definidos estos criterios, se pueden seleccionar entre cuatro tipos de cocinaS: La cocina de una fila, La cocina en dos filas, las cocinas en L o en U y la cocina con isla.
Es importante adaptar los muebles a la altura de la persona que pasará más tiempo en la cocina. Para prevenir para prevenir molestias y daños en la columna vertebral, la encimera debe situarse de 10 a 15 centímetros por debajo de la altura del codo.
Aunque la estética es importante, es fundamental que los materiales sean higiénicos, fáciles de limpiar, impermeables y ligeros. Además, resistentes a altas temperaturas y rayos UV, así como al rayado y a la abrasión. Los electrodomésticos adecuados también nos harán rentabilizar la cocina, siempre que sean energética y ecológicamente eficientes.
Es hora de decir adiós a los armarios de puertas bajo la encimera. Los expertos recomiendan los cajones con gavetas, lo que conocemos como cajones con compartimentos para almacenaje. Una opción perfecta para utilizar toda la profundidad del armario, con alimentos y vajillas a una altura cómoda que evita encovarse innecesariamente. En los muebles altos podemos colocar otros elementos como el horno o el microondas para que la cocina no acabe con nuestra espalda.
Un detalle en el que casi nadie repara a la hora de organizar la cocina es la orientación, pese a ser la clave para facilitar el trabajo en el espacio y evitar correr de un lado a otro mientras se cocina. Para los diestros, la cocción debe colocarse a la derecha, la superficie de trabajo en el centro y el fregadero a la izquierda. Pero los zurdos preferirán lo opuesto. La fuente de luz también debe adaptarse no solo para crear un ambiente adecuado, sino para facilitar el trabajo culinario.
¿Tuvísteis en cuenta todos estos aspectos al diseñar vuestra actual cocina?
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