Antes y después: una cocina rústica que se moderniza

Antes y después: una cocina rústica que se moderniza
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Hubo una época en que lo más era poner una cocina rústica, ya vivieras en un pequeño pueblo asturiano, en una ciudad mediana tipo Toledo o en una ciudad grande como Barcelona. El lugar donde vivieras era lo de menos porque todo el mundo quería tener una cocina con aires de pueblo. Pues bien, queridos decoadictos: esa época pasó y nos encontramos con un montón de cocinas rústicas (la mía sin ir más lejos) deseando ser actualizadas.

Hoy os propongo que veamos cómo han hecho el cambio de la cocina que tenéis sobre estas líneas a otra con un estilo más actual pero que no pasará de moda en poco tiempo. Por el momento, podemos ver que en el “antes” partimos de unos suelos de madera que probablemente sufran con la grasa y el trasiego de una cocina normal y unos muebles que estaban bien en los 90 probablemente pero que hoy están pasados de moda.


Cocina rústica después de la reforma.

Después de la reforma, lo primero que llama la atención es el cambio del suelo de madera por una superficie negra (apostaría a que es algún tipo de revestimiento cerámico pero no tengo más datos) que va más acorde con el uso de este espacio como cocina. También se han cambiado los azulejos blancos de las paredes por otros más modernos pero solo en un friso, como vemos por ejemplo en la zona del reloj. Yo particularmente prefiero llevar los azulejos hasta el techo en cocinas y baños pero en este caso el resultado es muy bueno así que no añadiré nada más sobre este tema.

Los muebles de madera se han cambiado por otros en blanco (o un gris muy claro) con tiradores de metal muy en la línea de las últimas tendencias de cocina. El horno también ha sido sustituido por otro más actual, a juego con el microondas que tenemos en la esquina. No obstante, no han prescindido del todo de la madera ya que la seguimos viendo en la encimera y en la barra que aparece a la derecha de la foto en primer plano, sin duda un lugar ideal para tomar un desayuno veloz.

En resumen, este cambio me gusta un montón, incluso si pensamos en que en la primera imagen la cocina no tenía ningún complemento, porque le hemos dado a este ambiente aires nuevos creando más espacio de almacenamiento y facilitando su limpieza mediante la eliminación de molduras en los muebles que había en el “antes”. Eso sí, no os aconsejo que cambiéis de muebles todos los que tengáis una cocina rústica ya que entiendo que es una inversión muy costosa y si los muebles están bien no hay por qué hacer gastos superfluos.

Imágenes vía | Design*Sponge
En Decoesfera | Antes y después: un salón que pasa al blanco

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