Los contenedores marítimos siempre han dado mucho juego en arquitectura. Hemos visto grandes espacios para trabajar construidos con ellos, y hoy os presentamos esta preciosa cabaña hecha a partir de un contenedor marítimo. No solo es delicada y elegante, sino también un magnífico ejemplo de reutilización.
Diseñada por Atelier Workshop, esta pequeña cabaña es un buen exponente de la versatilidad interior y el aprovechamiento del espacio exterior. En los menos de seis metros de largo por dos y medio de ancho que mide han sabido incluir un baño completo, una cocina, una cama de matrimonio y una cama auxiliar individual, además de añadir una gran terraza con la que adueñarse del entorno.
Es probablemente esta terraza la clave del encanto de esta cabaña, pues los contenedores son lugares angostos con una única puerta, pero al abrir completamente uno de los laterales con un gran ventanal practicable y transformar esa pared en el suelo de la terraza, el espacio y las vistas fluyen, convirtiendo al contenedor en el núcleo de un espacio vital mucho mayor.
Además, por la noche, o cuando se acaba el verano, se puede volver a subir esta pieza y cerrar totalmente el contenedor para conseguir mayor intimidad, oscuridad y seguridad. La puerta lateral también se abre para desplegar dos literas auxiliares ideales para una siesta al aire libre.
Por si fuera poco, la terraza también se puede convertir en porche, como si se tratar de una de esas tiendas de campaña con avance, por si el tiempo no acompaña o queremos protegernos del sol durante la comida.
Otro punto importante es la sencillez con la que está amueblado el pequeño espacio de 15 metros cuadrados. Una gran armario de pared a pared reúne todas las funciones. De izquierda a derecha encontramos una pequeña cocina, una cama de matrimonio plegable, una zona de almacenaje y finalmente el baño, en el que el inodoro se encuentra oculto bajo el lavabo.
El baño es otro de los lugares que me produce envidia, por esa gran ducha con vistas, todo un lujo en un espacio tan pequeño. Probablemente los más celosos de su intimidad no se sientan a gusto en él, pero teniendo en cuenta que no debe vivir ni pasar nadie cerca de donde está ubicada la cabaña, merece la pena. Además, si os fijáis, hay un sistema de estores que permite separar cada espacio visualmente.
Aunque todas las ventanas son puertas practicables, encontramos también un par de estanterías ligeras en esta fachada transparente, que ayudan por un lado a modular el espacio y por el otro a proporcionar un poco más de espacio de almacenaje.
Tampoco os habrá pasado desapercibido el hecho de que las ventanas no sean vidrios fijos, sino que son de esas compuestas por muchas lamas de cristal que pueden inclinarse más o menos para dejar pasar el aire o no. Imagino que los veranos son calurosos ahí donde está ubicada la cabaña y se ha querido asegurar una ventilación sin tener que abrir completamente la hoja de la puerta.
Resumiendo, una preciosa cabaña hecha a partir de un contenedor marítimo. Me encanta la calidez de la madera y como contrasta con el acero y el vidrio de las ventanas. Quizás hubiera pintado el contenedor de blanco en vez de conservar ese gris demasiado industrial, pero me la quedaría igualmente.
Vía | Designboom Más información | Atelier Workshop En Decoesfera | Casas poco convencionales: viviendo en una estantería gigante
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