En un singular edificio del barrio de Santa Engracia se encuentra este piso que disfruta de dos terrazas desde las que contemplar los tejados y la inmensidad del cielo de Madrid.
Recientemente reformado, la arquitecta Idoia Otegui ha sido la encargada de llevar a cabo su reforma integral para adaptarlo a los usos de hoy en día. Tras la reforma el piso cuenta con dos niveles y un impresionante baño conectado con el exterior.
Acceso al dormitorio, baño y las terrazas de la planta segunda.
En la planta inferior están situadas las zonas públicas de casa. Cocina, comedor, salón y zona de trabajo comparten un solo espacio aunque detrás de una puerta blanca lisa e impoluta se esconde una agradable sorpresa; un cuarto de invitados forrado en papel pintado (paredes y techo) de motivos japoneses.
La cocina y el comedor se sitúan sobre un espacio rectangular zonificado con un suelo de baldosas hexagonales antiguas recuperadas. El espacio común queda unificado por las líneas negras que enmarcan los contornos del techo y por el acabado de los techos y algunas paredes que se han dejado sin enlucir.
Esta zona abierta queda unificado gracias al uso del negro, a la barandilla de metal y a sus acabados, pero rompe su sobriedad con el uso de los colores vibrantes de algunos muebles y textiles en amarillo y azul.
Planta primera
Planta primera
Planta primera habitación de invitados
Sobre el espacio central de esta planta se encuentra otro nivel sobre el que se sitúa un dormitorio en suite.
Dormitorio planta segunda
En el nivel segundo tras el dormitorio se encuentra un baño muy poco convencional por sus dimensiones (1 metro de ancho y 10 metros de largo), y por sus funciones ya que además de las convencionales incluye todo lo que puedes desear en un espacio dedicado al aseo como una amplia ducha con un gran ventanal a modo de balcón tradicional, con vistas al dormitorio y a la sierra de Madrid; una puerta de vidrio corredera que permite ducharse en el interior con la pared abierta a la terraza exterior orientada a sur; una ducha exterior al mismo nivel para ducharse al aire libre esos días soleados de Madrid desde febrero a octubre y una zona de solárium para tomar baños de sol.
En la otra terraza que da al norte se ha situado un comedor de verano que incluye una cocina exterior completamente equipada y una gran mesa donde invitar a los amigos. No se puede tener más.
Proyecto e imágenes Idoia Otegui
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