Enfrentarse a lo diferente supone un reto y más aún si hablamos de arquitectura e interiorismo. Un reto del que han salido más que airosos en el estudio de arquitectura y diseño Tangram, al afrontar la reforma de este ático, bonito y singular, en Zaragoza.
Los complicados planos de su cubierta aplicados a un espacio diáfano hacían difícil apreciar sus posibilidades y eso, a pesar de su excelente ubicación y de que contaba unas vistas envidiables de la ciudad. Esto unido a otras circunstancias habían propiciado que el inmueble hubiera caído en desuso con el paso del tiempo.
Finalmente se obró el milagro y una familia que supo ver más allá de lo que estaban viendo, se enamoró del piso y decidió convertirlo en su nuevo hogar.
Antes de la compra el espacio se encontraba completamente diáfano, lo que ofrecía amplias posibilidades. Contaba con inmejorables vistas y una compleja geometría de la sección de la cubierta que a la postre han acabado siendo una oportunidad de hacer algo diferente y la seña de identidad del proyecto.
La nueva distribución
A pesar de las complicadas geometrías del techo, la propuesta de la nueva distribución fue, según el estudio Tangam sencilla directa. Un proceso natural al que se llegó tras el estudio de las vistas y los complicados techos.
Así, el acceso se produce mediante un generoso vestíbulo que, está situado en la zona central y se abre y da paso a las estancias espacios principales o zonas de día.
El amplio vestíbulo incluye generosos armarios y una pared de lamas de madera lo separa del salón. El espacio resulta compacto y elegante gracias a los techos también laminados y una práctico aparador negro.
La sala de estar y comedor se posicionan al frente, en el que parece su lugar natural, como continuidad de ambas terrazas de manera que ambos espacios disfrutan de vistas inmejorables hacia el exterior, pero también una vistas diáfanas a la irregular cubierta con pendientes a varias aguas. Los distintos planos muestran en este espacio su fuerza y su belleza gracias en parte a sus nuevos revestimientos de madera.
La delicada escalera de chapa de acero, que conduce a la terraza superior, divide el salón y el comedor de la cocina, de manera que los espacios se diferencian perfectamente por la ubicación de la escalera, pero también por el cambio suelo. Hay una transición muy cuidada entre el parque del salón y el comedor y el azulejo gris de gran formato.
Este suelo, además de ser perfecto para los usos de la cocina, enmarcan el diseño de ésta que apuesta por el gris, y el acabado cemento tanto en el suelo como en los muebles.
En este caso la cocina juega al contraste con el comedor y el salón que practican un estilo contemporáneo y cálido, en donde predomina la madera y los textiles en tonos claro como base de la decoración.
En el lado norte de la vivienda y en un segundo plano, los dormitorios se ubican de forma continuada, garantizando la privacidad de estos con respecto al resto de la vivienda.
En el dormitorio principal, como en el salón, se ha seguido el mismo lenguaje que en el salon pero a la inversa; con los revestimeintos panelados alistonados en las paredes, en lugar los techos.
La colocación de los azulejos del baño, vuelve a crear el efecto alistondo en las paredes. Para el aseo se ha escogido un atrevido y elegante tono granate.
La madera como hilo conductor de los espacios
El parqué en espiga, las lamas, los forrados de roble natural y la geometrización de la cubierta mediante triángulos alistonados convierten a la madera en el material vehicular de esta reforma. Una madera que crea un efecto envolvente y cálido, y compensa la majestuosidad de los techos altos.
Esta madera, en sintonía con el resto de acabados de tonos neutros y con la cuidada decoración crea una agradable atmosfera para vivir, en un entorno privilegiado.
Imágenes Iñaki Bergera para proyecto de Tangram Estudio de Arquitectura y Diseño
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