Espacios que inspiran: una casa que busca su propia luz

Ya lo decía Le Corbusier, la arquitectura es el encuentro de la luz con la forma. Y es que sin luz no hay arquitectura, por eso esta casa resulta un espacio tan inspirador, porque busca su propia luz contra viento y marea.

Diseñada por los arquitectos vietnamitas de a21studĩo en la ciudad más grande del país --Ho Chi Minh, antes conocida como Saigón-- la casa está condicionada por un solar pequeño, con una forma de pentágono irregular y solo 1,5 metros de fachada, lo que convertía la obtención de luz natural en un desafío que se ha resuelto de forma magistral.

La solución al grave problema de no contar con superficie de fachada donde abrir ventanas ha sido triple. Por un lado, la cubierta es un gran un lucernario que deja entrar la luz del sol; por el otro, se ha creado un juego espacial de diferentes volúmenes dentro de la propia vivienda, transmitiendo la sensación de que parte de la casa es la calle; por último, se han utilizado suelos de lamas de madera dispuestas de manera que dejan pasar la luz.

Así, la luz llega hasta la planta baja, donde está situado el acceso y la zona de cocina, y desde donde arranca un gran árbol de finas ramas, que van colándose entre las lamas hasta llegar al siguiente piso, que es donde se encuentra el salón y una zona de trabajo, probablemente el espacio más agradable de toda la casa.

Las imágenes hablan por sí solas, pero dejadme que plasme en palabras la emociones que causan, porque es difícil callarse esa sensación de paz que transmite este espacio, con la luz colándose por todos los rincones y la copa del árbol emergiendo de la planta inferior.

Además, es la única estancia que cuenta con vistas al exterior, aunque sea un pequeño callejón, pero hace que el lugar sea más agradable aún, disfrutando de todas las perspectivas posibles, sintiéndose recogido bajo la losa de hormigón que sostiene el piso superior y a la vez liberado por todas esas perforaciones que permiten que el espacio fluya libremente.

En la última planta encontramos el dormitorio, que es como una caja de cristal que levita sobre el resto de la vivienda, rodeada por todos lados de la luz que se refleja en los muros blancos que delimitan el solar. Una estancia íntima y la vez amplia.

Sobre el dormitorio está la terraza, a la que se accede desde una pequeña escalera de metal, y desde donde podemos disfrutar de las vistas en picado de toda la vivienda, observando cómo las lamas de madera dejan pasar la luz y entreviendo lo que ocurre cuatro pisos más abajo.

Os voy a dejar con una volumetria deliciosamente ilustrada en la que se entiende perfectamente cómo es el juego de volúmenes de la casa y cómo se ha organizado todo el espacio. Tras ella, encontraréis una galería completa que ruego no os perdáis, porque cada imagen de esta casa que busca su propia luz es realmente inspiradora.

Fotos | Hiroyuki Oki Vía | Design Boom Más información | a21studĩo En Decoesfera | Una capilla transparente, construida en acero