En la introducción a la serie elige bien tu casa llegamos a lo conclusión de que si bien la vivienda es más barata cuanto más nos alejamos del centro, los gastos repercutidos por vivir lejos del lugar de trabajo pueden hacer que lo barato salga caro.
Por eso no es tan descabellado plantearse vivir en el centro, teniendo en cuenta el ahorro que supone poder renunciar al coche y el tiempo que ganamos al ser los desplazamientos más cortos.
Vamos a ver cuáles son las características de esta zona que la diferencian del resto y las ventajas e inconvenientes de vivir en en el centro histórico.
El casco antiguo, por lo general, se caracteriza por trazados sinuosos, calles estrechas y una sucesión de pequeñas plazas. Esto se debe al origen medieval de estos barrios y las limitaciones de espacio que suponía vivir dentro de las murallas que protegían la ciudad.
En las ciudades del Nuevo Mundo, por hablar en lenguaje de la época, la situación es completamente diferente, pues al tratarse de asentamientos mucho más recientes, los trazados son menos irregulares y las calles más amplias, ya que no había murallas que limitaran su extensión.
En general, la edificación se compone de fincas antiguas con distribuciones un tanto peculiares. Si bien en la mayoría de grandes municipios hay planes de rehabilitación, el proceso es bastante lento. Además, las pocas viviendas nuevas que se pueden encontrar tienen unos precios menos asequibles y, desde luego, muchísimo menos encanto.
Por poner algunos ejemplos; el barrio de Lavapiés en Madrid, el del Raval en Barcelona o el Carme en Valencia.
La ventaja de vivir en uno de estos barrios es que uno está en el corazón de la ciudad, rodeado de actividad y vida. Siempre hay algo pasando cerca de tu casa. Puedes comprar en el mercado, hay muchas tiendas y actividades culturales, las calles suelen ser peatonales y los niños pueden ir andando al colegio. Todo está a un cuarto de hora paseando y, aunque parezca increíble, la gente hasta se conoce.
Claro que tanta vida no siempre es buena, pues si es una zona de fiesta y quieres dormir, no es la mejor opción. Además muchos de estos barrios están degradados, casas abandonadas, solares vacíos y en algunos casos actividades de las que uno no quiere estar cerca.
Por eso, si decides vivir en el centro, es importante visitar varias veces y a diferentes horas la zona donde esté la casa que tanto te gusta. También hay que considerar la posibilidad de pedir el informe de un perito sobre el estado estructural de la casa, pues en muchos casos es necesario afrontar una reforma integral del edificio y en otros incluso derribarlo todo excepto la fachada y volver a levantarlo, con el consecuente gasto en tiempo y dinero.
Los precios suelen ser menores que en el ensanche, pero normalmente, salvo que compremos alguna de las escasas viviendas de nueva edificación, hay que añadirle el gasto de una pequeña reforma. En cuanto al transporte, lo mejor es que os olvidéis del coche, si os hace falta para un viaje, alquiladlo. Una plaza en el centro os costará casi tanto como el piso y además, como ya he dicho, no lo echaréis en falta.
Imágenes vía | Toni Verde, Photocapy En Decoesfera | Elige bien tu casa: ubicación y presupuesto