Estamos en Semana Santa, y es el momento de hacer la maleta y marcharnos hasta la costa tarraconense para conocer el último proyecto de reforma integral de la interiorista Pia Capdevila. Allí, en Calafell, se encuentra esta vivienda unifamiliar de 250 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, con jardín y piscina.
Cuando la interiorista cogió el proyecto, se encontró con una casa estéticamente pasada de moda, que además tenía un problema de falta de aprovechamiento de espacios y capacidad de almacenaje. Para transformar la casa, el cliente pidió al estudio un proyecto integral que replanteara toda la vivienda para mejorar la estética y la funcionalidad de cada una de las estancias.
El salón comedor da prioridad a las vistas al jardín
En la planta baja se encuentra el salón-comedor. En el proceso de rehabilitación, la interiorista quiso aprovechar la luz natural y abrir la zona de estar al jardín. Para conseguirlo, lo primero que se planteó la interiorista fue cómo distribuir la zona de salón y la de comedor para que la
luz natural del exterior bañara tanto el salón, como la zona de comedor y llegara a la cocina, evitando la sensación de punto de fuga alargada.
En la reforma, se priorizaron las vistas hacia el jardín desde el comedor y el sofá esquinero con chaiselongue se colocó de espaldas al exterior para así poder usar toda la pared lineal de la planta para ubicar mobiliario de almacenaje tanto del salón como del comedor.
La mesa de comedor para ocho comensales ha sido diseñada por Pia Capdevila. En dos de los laterales se sientan cuatro comensales con sillas, mientras que el resto se sientan en un banco a medida en forma de L con almacenaje interior.
Una cocina acogedora pero funcional
Para la cocina, la interiorista apostó por un diseño muy funcional para que se pudiera trabajar de forma cómoda, pero sin perder de vista que tenía que ser un espacio acogedor para que la familia pudiera pasar buenos ratos en familia.
El mobiliario se escogió en tonos arena, con encimeras blancas con aplacados de madera y con madera tanto en el suelo como en aplicaciones decorativas. Una ventana practicable comunica visualmente la cocina con el salón-comedor, a la par que permite llevar la luz natural de esa zona hasta la cocina.
Habitación de invitados y home office
En la planta baja también encontramos la habitación de invitados, que hace las funciones también de pequeña oficina. Para poder convertirla en una u otra, desde el estudio de Pia Capdevila decidieron instalar una cama abatible doble que permite libera espacio cuando no se utiliza.
La primera planta
Como la distribución de la primera planta encajaba bien en las necesidades de la familia, desde el estudio de interiorismo se decidió no modificarla estructuralmente, aunque sí que hizo un replanteamiento de los espacios. Al igual que en el resto de la casa, se cambió el suelo por un laminado acabado nogal y se hizo una actualización completa de mobiliario, pintura, colores y acabados.
La suite se planteó con tres zonas diferenciadas: la zona de dormir, el vestidor y el baño. Al baño original se le quitaron unos metros que fueron añadidos al vestidor, para ganar así espacio de almacenaje. Teniendo en cuenta que se redujo el tamaño del baño, Pia Capdevila escogió una decoración atemporal en tonos grises y cementosos, con un mueble y una ducha funcionales y con las medidas justas.
En el baño se han creado una repisa, que supone una zona extra de apoyo en la zona del lavabo, y que permite crear unos huecos decorativos.
En lo que respecta a la zona de dormir, está dividida en dos zonas mediante una pared que las separa. Por un lado, hace las veces de cabecero, y por otra
es un armario en forma de U que crea un pequeño vestidor. La pared de la suite que recorre el vestidor y la zona de dormir se decoró con un papel pintado de flor liberty que aporta un toque romántico al dormitorio.
Para la habitación del hijo, se apostó por decorarla con un look infantil en paredes, textiles y complementos, pero con un diseño de mobiliario muy funcional pensado para que pudiera crecer con él a lo largo de los años, siendo un diseño adaptable tanto para la infancia, la adolescencia e incluso como habitación para un adulto.
La cama tiene tres niveles, con una cama principal, varios cajones de almacenaje y una cama nido para invitados. Para el cabecero se diseñó un mueble a medida con gran capacidad de almacenaje en el que hasta el cabecero es un arcón con muchísimo espacio. El dormitorio también cuenta con un armario ropero de grandes dimensiones en una de sus paredes.
Una buhardilla como oficina
Desde el estudio de interiorismo enseguida visualizaron que la buhardilla de la tercera planta era el lugar indicado para instalar el despacho que la familia necesitaba, ya que uno de los miembros trabaja desde casa. Para convertirlo en una estancia funcional, acogedora y con luz natural, se cambió el suelo por uno de madera igual que el resto de la vivienda, se pintó el techo que originalmente era de madera oscura en blanco lacado para duplicar la luz natural.
Además, se añadieron muebles de oficina a medida también lacados en blanco, pero con aplicaciones en madera, y se ubicaron los espacios de trabajo frente a las vistas para que pudieran disfrutar de luz natural directa.
Los exteriores
Para las zonas exteriores de la casa se decidió dividir la zona entre zonas: una zona de estar, otra de comedor exterior, y un área para bañarse y descansar alrededor de la piscina. La piscina, situada en el centro del jardín, tiene el protagonismo de la zona exterior.
Además de repararla, se hizo una puesta a punto y se colocó una nueva tarima de madera para cubrir los tres espacios proyectados y conseguir así un hilo conductor. Los ambientes se separaron visualmente con nuevo mobiliario y con unas jardineras que, además, protegen al porche del agua de la piscina y la lluvia.
Lavadero y aparcamiento en el sótano
Para sacar el máximo partido al lavadero, situado en una estancia estrecha de casi 7 metros cuadrados, se diseñó un arrimadero lacado en gris y se concentraron todos los muebles en una misma pared con armarios altos hasta el techo y uno inferior para la lavadora, la secadora y un armario de almacenaje.
Se añadió también un carrito planchador movible con espacio para guardar. El cerramiento para separar el lavadero del resto de la planta, en la que se ubica el garaje, se diseñó con una estructura de hierro negro de cuarterones con vidrio transparente en la que hay una parte fija y una puerta batiente con maneta, que permite pasar la luz.
Más información | Pia Capdevila
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