La tendencia de las mini casas sigue dando de qué hablar y está imparable en Norteamérica. Sin embargo, mini casa no significa siempre mini presupuesto por lo que estos proyectos no son necesariamente exportables y adaptables a países con un ingreso promedio relativamente bajo. Si en muchos países latinoamericanos, por ejemplo, no se conoce la falta de espacio que existe en el continente europeo, la realidad es que, en las ciudades con altas densidades poblacionales, el problema de la falta de espacio es latente.
¿Qué hacer entonces en todas esas ciudades supes pobladas y con pocos recursos para cierta población como los estudiantes que en muchas ocasiones tienen que seguir viviendo en la casa familiar? Desde Quito, Ecuador, nos ha llegado una alternativa que me ha parecido sumamente interesante con la mini casa bautizada pícaramente “Casa parásito”.
Pensada para ser instalada en zonas urbanas, se puede conectar a la red de luz, agua y demás servicios de la casa o edificio en la que se puede instalar. La puedes edificar en un jardín como casita de huéspedes o para un pequeño refugio para los chicos.
Es una mini casa de 12 metros cuadrados con una sala de estar, un mini dormitorio en la parte superior, mini cocino y baño, diseñada por el despacho El Sindicato de Arquitectura. El proyecto estuvo pensado teniendo en mente la necesidades de alojamiento de una parte poblacional local sin posibilidad de acceder una vivienda propia de manera rápida y económica.
Por su liviana concepción, está elaborada de madera con un recubrimiento exterior de metal. La madera, además de reducir costes de producción, es un buen aislante y nos aporta un toque cálido que crea un ambiente bastante acogedor.
Más allá del tamaño y el coste de construcción, la Casa Parásito pretende también tener un bajo impacto ambiental tanto por los materiales con los que está hecha como por los pocos recursos propios que necesita para ser funcional.
Para mejorar su desempeño térmico se ha instalado un aislamiento de 12 centímetro entre los paneles de metal y la madera. Este aislamiento está hecho con fibra de coco, lo que nos aporta un toque aún más ecológico y económico. El uso de este tipo de materiales es una manera de aprovechar un producto natural que en muchas ocaciones es simplemente desechado sin mayor utilización.
Imágenes | El Sindicato de Arquitectura
