Cuando una idea se pone de moda suele ser porque tiene algo positivo, pero cuando nos pasamos con la moda, eso puede acabar por volverse en nuestra contra. El otro día viendo uno de los muchos programas de decoración que hay en la tele, una señora, que vivía con su familia en un loft, comentaba lo mucho que la agobiaba el hecho de que todos los espacios fuesen abiertos y no tener ninguna zona privada.
¡Y es que a veces nos pasamos! Una cosa es que sea bueno minimizar el uso de tabiques para ampliar espacios y favorecer el flujo de luz natural y otra cosa es que toda tu familia pueda verte mientras estás en el cuarto de baño. Y curiosamente es algo que está más extendido de lo que creemos, incluso hay hoteles en los que la ducha de cristal queda a la vista desde la cama, como podéis ver en un hotel de Amsterdam en la foto sobre estas líneas.
Yo soy súper fan de los espacios abiertos, en mi casa solo hay tres puertas además de la de la entrada, la del baño y las de los dos dormitorios, pero considero que esas tres son imprescindibles por una cuestión de respeto a la intimidad. Además, el que las puertas existan no significa que no las puedas dejar abiertas siempre que quieras, pero de ahí a no tenerlas...
Si el baño tiene que tener luz artificial, pues es un mal menor, pero yo quiero poder decidir si me apetece que me vean cuando me desmaquillo, cuando me ducho o cuando utilizo la seda dental. Que es muy bonito pensar en espacios abiertos y flujo de luz, pero también hay que ser prácticos y utilizar la lógica. ¿No os parece?
Vía | Design Rulz y Archidesign Club Más información | M architecture En Decoesfera | Una bañera esférica transparente no apta para tímidos
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