En estaciones frías pasamos más tiempo en casa y somos más conscientes de la necesidad de cambios y mejoras en algunos de los espacios de nuestra casa. Cocina y baño son especialmente objeto de reforma en muchas viviendas porque se deterioran con el uso y también por los cambios de tendencia en colores, acabados y diseño.
Hoy tenemos un claro ejemplo de un cuarto de baño que había quedado completamente obsoleto en su estilo. Además en su momento la distribución de los sanitarios y el aprovechamiento del espacio no fue un gran acierto. El uso de una paleta cálida basada en beige, ocre, etc. pudo ser tendencia en su momento pero hoy en día nuestro gusto se va más hacia los neutros blancos y grises, estilo nórdico, es decir, estilo Ikea.
Y así es el resultado, un baño infinitamente más elegante con el suelo de baldosa hidráulica, que bien podría ser vinílico y el azulejo blanco estilo metro en la pared que podemos comprar muy bien de precio en Leroy Merlin.
Aunque el cambio global es profundo si nos fijamos bien en las intervenciones la obra no es tanta, en la pared hay una mano de pintura y los revestimientos y pavimentos se pueden colocar sobre los antiguos sin necesidad de obra. En cuanto a los sanitarios, el inodoro permanece en el mismo sitio y lo más complejo es el traslado del lavabo al extremo opuesto de la estancia con necesidad de intervención probablemente de un fontanero profesional. Pero, con todo, para la mejora que supone, la obra es mínima, ¿no os parece?
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