Siempre me gusta poder ser testigo de cómo la naturaleza recupera el terreno robado por el hombre, como cuando abandonas tu casa en el desierto. En este caso se trata de todo lo contrario: un pueblo chino completamente invadido por enredaderas y viñas tras varias décadas deshabitado.
Situado en la isla de Goqui, en la desembocadura del río Yangtze, este pueblo fue en otra época morada de pescadores, pero el éxodo rural chino ha hecho que ahora no viva allí ni un alma.
Así, sin nadie que las pise o las pode, en una región con abundante vegetación y un clima proclive, las plantas han cubierto casi por completo todas las casas de la localidad, trepando por su fachadas hasta convertirlas en un ejemplo paradigmático de fachada jardín.
Sin duda un pueblo con un toque misterioso y hasta post-apocalíptico, perfectamente retratado por el fotógrafo Tang Yuhong's, que nos recuerda lo efímero que podría ser nuestro paso por la Tierra y lo rápido que la naturaleza reclama su lugar.
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Vía | Fubiz
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