Aunque hagamos una limpieza diaria de los cristales y ventanas, hay ciertas zonas más complicadas cuya acumulación de polvo y suciedad hace que se vean más sucias y descuidadas. Por e jemplo, hay algunos espacios inalcanzables para la bayeta o el trapo de limpieza que, por su estructura o superficie, terminan con algún resto de suciedad sobre ellos.
Un ejemplo son las ranuras inferiores de las ventanas correderas o las juntas y cierres de las ventanas convencionales. Espacios que, por mucho que limpiemos, terminan quedando restos de polvo y simulan una sensación de suciedad incluso en las casas más limpias y cuidadas. Ahora, con un estropajo y tres o cuatro cortes laterales vamos a poner punto final al problema. ¡Manos a la obra!
Cómo limpiar las ranuras de las ventanas
El truco es fácil. Coge un estropajo del lavavajillas y, con un rotulador, simula los cortes que has de realizar para que cada uno encaje con las ranuras de la ventana. De esta forma, cuando hagamos los cortes con cualquier cutter o cuchillo, el estropajo se va a adaptar a las ranuras y conseguiremos eliminar para siempre la suciedad de las ventanas.
Y listo, ya conoces un truco más, rápido, sencillo y muy útil a la hora de limpiar las ranuras más complicadas de las ventanas. Un problema de toda la vida que va a quedar resuelto en menos de un minuto y quizás nunca antes habías imaginado. ¿Te animas?
Imágenes | Bin Poch
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