En este momento de lucha contra el cambio climático y el calentamiento global, cualquier pequeño gesto suma a esa batalla en la que estamos inmersos.
De esta manera, tenemos que ser conscientes de que los edificios consumen el 30% de la energía mundial, generando el 28% de las emisiones de carbono. Así que contra más aislemos nuestras casas y hagamos un mejor uso de la energía que consumimos, además de mejorar el confort de nuestro hogar, mejor le irá también al planeta.
Para conseguir mejorar el aislamiento de nuestras casas, conseguir una casa más fresca en verano (y más cálida en invierno), pagar menos en la factura energética y poner también nuestro granito de arena para no empeorar la situación ambiental, aquí tienes algunas pautas para valorar si tu casa cumple con las condiciones adecuadas de sostenibilidad y bienestar.
Comprueba que las puertas y ventanas cierren bien
La cifra es tremenda. La entrada y salida del calor a través de las aberturas es la causante de un 25% a 30% de la energía utilizada en los hogares. Tener una casa hermética dificultará que las condiciones del exterior alteren la temperatura del hogar.
De esta manera, la vivienda necesitará menos energía para enfriarse durante el verano, de modo que ayudará a reducir el consumo energético, y mantendrá la frescura. En invierno, pasará lo contrario. El calor no se escapará tan alegremente como ahora y necesitarás menos energía para calentar tu hogar.
Añade elementos para reforzar el aislamiento de las ventanas
Para mejorar el aislamiento, también puedes colocar en las ventanas masillas o burletes, además de instalar toldos o persianas para reducir el impacto de los rayos solares.
Si vas a cambiar las ventanas, recuerda escoger aquellas que incluyan etiquetas de eficiencia energética, ya que consumen menos. Las de baja emisividad no dejan que el calor externo entre en tu casa y permiten la reducción entre un 30% y 50% del consumo de energía de la vivienda.
Rincones olvidados de la casa que también absorben el calor
Una vez comprobado el aislamiento de puertas y ventanas, debes saber que hay otras zonas de la casa como la fachada o el tejado por las que el calor también puede penetrar. A estas zonas se las conoce como puentes térmicos, y actúan tanto en invierno, cuando el calor escapa del hogar, sino que también actúan como absorbentes del calor que procede del exterior.
En ambos casos se produce un mayor consumo de energía ya que obliga a la calefacción o al aire acondicionado a realizar un mayor esfuerzo para trabajar contra dichas entradas y salidas de aire. Un sistema de aislamiento con lana de roca es una medida acertada para reducirlos o eliminarlos por completo, ya que se trata de un material de baja conductividad térmica.
Desenchufa los aparatos que no se estén usando
Aunque somos ya conscientes de que los aparatos electrónicos en standby siguen consumiendo un derroche energético, todavía en muchas casas se sigue dejando conectados de noche. Y aunque no suponga una cifra muy elevada en el consumo global, se aconseja desconectar regletas y aparatos para frenar ese consumo fantasma.
Si te vas de vacaciones, dale un descanso a tu nevera
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la nevera es el electrodoméstico que más consume dentro del hogar al estar trabajando 24 horas los 365 días del año, así que conviene seguir algunas recomendaciones para reducir su consumo de energía cuando nos vamos de vacaciones.
Activar el modo vacaciones, revisar la fecha de caducidad de los alimentos para que no caduquen, vaciar la nevera en la medida de lo posible y reducir la potencia de la misma son algunos de los consejos que podemos seguir para nuestro periodo de vacaciones.
Lana de roca, un recurso natural para aislar
Si vas a levantar una casa de nueva construcción, o si vas a rehabilitar tu vivienda, hay que ser previsores para mejorar el aislamiento de tu casa. La lana de roca es un recurso natural muy abundante en el planeta y que cuenta con características térmicas que permiten aislar las viviendas tanto en invierno como en verano, además de ayudar controlar los niveles de humedad en el interior o la protección contra posibles incendios, al soportar temperaturas superiores a los 1000ºC.
Se calcula que el aislamiento de lana de roca podría contribuir con el ahorro de 660 millones de toneladas de carbono en Europa a través de la rehabilitación de los edificios.
Más información | Rockwool