En Decoesfera siempre buscamos opciones económicas para regalar, decorar, y solucionar. Pero ¡que carajo! es Navidad y en Navidad nos gusta soñar con la nariz pegada a los escaparates. Vamos pues a hacer un pequeño viaje de lujo por las vitrinas más exclusivas, para abrir la boca bien abierta al ver los regalos decorativos más opulentos, y sentirnos tan llenos de lujo como nuestros compañeros de Embelezzia, aunque solo sea por unos momentos.
El primer escaparate sobre el que dejamos el vaho de nuestra respiración, es el de Becara, en el que topamos con un conjunto de enfriador y cubo de hielo en plata y bambú, listo para servir unas buenas copas. Ambos regalos tienen el mismo precio, 170 euros, que unidos dejan la broma en 340 euros.
Seguimos el paseo y encontramos un candelabro plateado sobrio y en columna que vale 125 euros. Un espejo veneciano nos devuelve nuestra imagen mientras revisamos la etiqueta nerviosos: 295 euros para un regalo de altura. Y un objeto sin otra función que la meramente ornamental: un tibor azul y blanco cuajado de flores, su precio, 394 euros.
Salimos de la tienda y tras un buen atasco llegamos a Portobello Street, frescos y decididos a curiosear entre los objetos más valiosos. Intentamos andar con porte aristocrático, pero mucho me temo que se nos ve el plumero... no importa, la sangre se nos hiela al ver un magnífico espejo, el modelo 20th Century Gold, de increible figura y con un tono dorado que nos conquista sin condiciones. Son 1624 euros de nada.
Con muchos pájaros revoloteando por la cabeza, seguimos curioseando en la tienda, y otra joyita vuelve a llamar nuestra atención, la pequeña nevera vintage Jackson. Ya habíamos visto hace un tiempo esta colección de la mano de Eunice, pero este modelo es una novedad, pequeño y coqueto, pero caro como él solo, 2466 euros. Y no llevamos suelto...
Decidimos volver a casa y buscar asiento y descanso, en el sentido más literal de la palabra, ya que, conectados a Internet, encontramos una butaca de lujo de Christopher Guy, tallada a mano en madera y tapizada en color blanco, que destaca por sus formas redondeadas y su pequeño respaldo ladeado, que la convierten en una pieza singular. Realmente es un mueble que no parece demasiado cómoda para largas estancias, pero como descalzadora o pieza de recibidor, aporta un carácter único. ¿Y cuánto vale esta fruslería? 1450 euros del ala.
Despierto del sueño con un regusto extraño, creo haber tocado y admirado algunos regalos decorativos que nunca tendré entre mis manos ni poblarán mi casa. Así son los sueños intensos, te parece haber tocado, sentido, besado y al final, al abrir los ojos, tu vida sigue igual; y en este caso y por suerte, el bolsillo sigue intacto.
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