Yo confieso que soy la primera a la que pensar en cosas hechas con pelo humano le da un poco de repelús, pero por otro lado veo la colección de Studio Swine y les ha quedado tan mona en ese estilo Shanghai-deco de los años treinta, que no puedo evitar pensar que a lo mejor la idea de usar pelo como materia prima no es tan mala y solo tenemos que acostumbrarnos a ella.
Hair Highway podría ser considerada como la versión moderna de la Ruta de la Seda, con pelo en vez de seda y transportando además tecnología, estilo e ideas. Los muebles y complementos de esta colección no se fabrican solo con pelo, como es obvio, sino con una mezcla hecha con pelo y resina natural que constituye por lo tanto un material totalmente ecológico y sostenible.
Es curioso pensar que a medida que aumenta la población mundial, uno de los pocos recursos que también aumentan de forma natural es el pelo y pensar en formas de reutilizarlo, reciclarlo y no tirarlo es sin duda interesante. No estamos acostumbrados a tratarlo como un recurso natural para fabricación de según que cosas, pero tal vez va siendo hora de que nos vayamos haciendo a la idea.
Si os fijáis bien veréis que la mezcla de resina y pelo da lugar a patrones y colores muy interesantes a nivel decorativo para fabricar accesorios y complementos de todo tipo. En algunos casos se parece al carey y en otros a alguna madera exótica, por lo tanto este tipo de detalles pueden ser perfectos para completar una decoración de estilo étnico o en general para espacios eclécticos tan en moda en nuestros días.
Vía | Design Milk
Más información | Studio Swine
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