Dicen que la realidad supera en muchas ocasiones a la ficción... Y la historia que os traemos hoy, es una de esas situaciones surrealistas en las que es complicado discernir lo que es verdad y lo que no.
La historia es esta. Durante cinco años, Mickey Barreto vivió durante cinco años en la habitación 2565 del histórico Hotel New Yorker sin pagar un céntimo. Y según informa el diario New York Times, la semana que viene se celebrará la audiencia en la que la jueza Cori H. Weston tendrá que decidir si Barrato debe ser internado en un hospital para recibir atención psiquiátrica, o si debe ser condenado a ir a la cárcel.
Una ocupación con conexión en Corea
Todo comenzó en junio de 2018, cuando Barreto reservó y pagó una noche en este hotel neoyorkino. Y poco podían imaginarse los recepcionistas de este establecimiento que Barrato se convertiría en un huésped permanente y gorrón.
¿Y cómo lo hizo? Barreto utilizó una oscura ley de estabibización de rentas de la ciudad de Nueva York para argumentar con éxito ante el tribunal que podía convertirse en residente a tiempo completo de la habitación 2565.
Esta ley se aplicaba a hoteles antiguos de Nueva York, y permitía a algunos huéspedes solicitar contratos de arrendamiento permanente. Mediante esta ley, que fue creada para proteger a inquilinos de bajos ingresos, Barreto pudo obtener los derechos para residir de forma gratis en el hotel.
De hecho, Barreto se hizo cargo de toda la propiedad, al menos en papel, con relativa facilidad después de que la ciudad aceptara una escritura suya en 2019 que demostraba que el hotel había sido transferido a su nombre. Increíble, ¿Verdad?
Con esa sentencia judicial, Barreto decidió dar un paso más allá y reinterpretar la orden como un derecho de propiedad del hotel entero. Y amparándose en una interpretación ambigua del fallo judicial, se dirigió al Departamento de Finanzas de Nueva York para registrar el hotel entero a su nombre. Lo intento siete veces, y aprovechando fallos burocráticos, consiguió quedar registrado como propietario del establecimiento.
En su delirio, llegó a pedir al restaurante del lobby del hotel que redirigiera los pagos del alquiler a su habitación, e incluso intentó hacerse con el control de las cuentas bancarias del hotel.
Evidentemente, los dueños del hotel no se quedaron quietos ante la situación, y los abogados del establecimiento demandaron a Barreto ante un tribunal civil y de vivienda para pedir que el ocupa abandonara el hotel y que dejara de representarse a sí mismo como propietario.
El propietario actual del hotel neoyorkino es la Iglesia de la Unificación, una iglesia que tiene su origen en Corea del Norte y cuyo fundado es el reverendo Sun Myung Moon. Cuando finalmente la escritura volvió a estar a nombre de la iglesia, Barreto volvió a ponerla a su nombre.
Además de vivir por la cara, Barreto ha defendido en medios de comunicación y en los tribunales que con sus acciones eran patrióticas a más no poder, ya que había tratado de impedir lo que creía que era un flujo de dinero de esta iglesia a Corea del Norte, violando así las sanciones impuestas por Estados Unidos a este país asiático.
No contento con todo esto, Barreto llegó a declararse familiar de Cristóbal Colón y de las familias reales portuguesas.
El caso, en los tribunales
Finalmente, Mickey Barreto fue desalojado del hotel, siendo acusado de un plan criminal para reclamar la propiedad del hotel Midtown Manhattan. En total, Barreto se enfrenta a 24 cargos, entre los que se incluyen 14 delitos graves de fraude.
La oficina del fiscal de distrito de Manhattan dijo que era un plan criminal para reclamar la propiedad del Hotel New Yorker. Ante estas acusaciones, Barreto se declaró inocente, llegando a explicar en distintas entrevistas que querían hospitalizarlo porque su caso no tenía consistencia jurídica en los juzgados.
La semana que viene la juez deberá dirimir si el acusado en cuestión es un criminal que debe pasar varios años en la cárcel, o si tiene una enfermedad mental. Durante el pasado verano, un tribunal ordenó que Barreto se sometiera a un examen psiquiátrico supervisado por dos médicos, quienes concluyeron que el acusado no entendía completamente el proceso penal en su contra y que tenía dos enfermedades mentales y una adicción a las drogas.
Desde entonces, Mickey Barreto está siendo recibiendo tratamiento de salud mental y adicciones en un hospital de la ciudad de Nueva York y se esperaba que lo evaluaran en una fecha futura para determinar si había mejorado lo suficiente como para ser juzgado. La jueza Weston afirmó que no estaba satisfecha con el ritmo del tratamiento del Sr. Barreto, pero le permitió encontrar su propia atención hospitalaria antes de la audiencia del próximo 13 de noviembre.
Su abogado, Brian Hutchinson, afirmó que podría ser difícil que Barreto fuera aceptado en un centro de tratamiento hospitalario durante la próxima semana, a la par que señalaba que el "abuso de sustancias está provocando algunos de estos otros problemas y haciendo imposible seguir adelante con el caso".
Fotografías | Hotel New Yorker
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