El emblemático H10 Marina Barcelona, situado en la Villa Olímpica de la capital catalana, acaba de ser reformado tras dieciséis años de funcionamiento.
La reforma, firmada por el omnipresente Lázaro Rosa-Violán, se ha inspirado en el pasado industrial de la Villa Olímpica, reinterpretándolo para ofrecer una versión actualizada y sofisticada del mismo.
A esa inspiración industrial se añade una búsqueda constante de la luz, además de diferentes referencias al cercano Parque de la Ciutadella, plasmadas en las distintas zonas verdes que se han creado tanto en el interior como en el exterior del edificio.
En la planta principal del hotel la reforma se ha centrado en la zona de recepción y el lobby, ocupando un espacio abierto de gran amplitud lleno de luz natural en el que también se puede encontrar el renovado Bar La Llum.
Entre las novedades, destaca sin duda la creación de un jardín vertical de dos alturas que se extiende desde la planta principal al piso inferior, acabando en un lago interior. Este elemento conecta la zona superior del Lobby con la planta inferior,en la que se encuentra el Piano Bar, el Restaurante Dionissos y tres salones de reuniones panelables.
Respecto a los materiales utilizados en esta zona, el leimotiv de la reforma ha sido la pared de ladrillo, combinado con las obras gráficas contemporáneas que visten el espacio para proporcionarle ese ambiente de modernidad.
También destaca la importancia de la madera de roble envejecido que se ha utilizado en pavimentos y elementos decorativos, además del uso de espejos circulares cóncavos que recuerdan a los antiguos garajes de coches, todo dentro de ese estilo industrial que ha inspirado la reforma del estudio de Rosa Lázaro-Violán.
En las nuevas habitaciones Deluxe predominan los colores puros como el blanco y el negro, y en ellas, destacan especialmente los cabeceros de las camas, una estructura creada con madera y telas en la que que juega con diferentes estampados de líneas verticales y horizontales.
En la reforma también se ha transformado una de las joyas del hotel, la Terraza Skyline, situada en la octava planta del edificio y con unas vistas excepcionales de Barcelona, sin olvidarnos de la piscina o la zona de hamacas para tomarse un piscolabis en este enclave privilegiado.
Junto a la terraza, otro de los espacios más llamativos de este renovado hotel es el Despacio Spa Centre. En sus 280 m2, este espacio es ideal para desconectar del ajetreo de la ciudad gracias a elementos como la piscina climatizada, jacuzzi, baño de vapor, piscina de agua caliente con chorros de cisne y chorros lumbares, piscina de agua fría con guijarros, o una zona de relax.
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