Tanto hablar del Brexit y de todos los problemas que puede suponer, los desplomes de bolsa y moneda, las consecuencias políticas, la libre circulación y los permisos de trabajo... Ahora que si el inglés dejará de ser o no lengua oficial en la UE... Pero, ¿qué pasa? ¿Nadie piensa en la decoración?
Pensadlo, podríamos quedarnos sin esos maravillosos sillones orejeros con sus escabeles de cuero a juego, por no hablar de todas esas vajillas con paisajes en azul y blanco o los juegos de café floral print ribeteados en dorado... Oh, wait! En realidad, ahora que lo veo, con esos ambientes tan recargados en los que solo falta la reina Isabel II sentada en un lado del sofá, lo raro es que a nivel decorativo el Brexit no lo hayamos pedido nosotros antes...
Los doseles llenos de flores
Empezamos nuestro recorrido por la deco británica con más solera con mención de honor a los dormitorios con sus camas con doseles floral print, con flores alrededor y más flores en otros muchos puntos de la habitación. Que sí, que las flores son bonitas, de eso no hay duda, pero los excesos nunca son buenos...
Cortinas con demasiada personalidad
Está muy bien el uso de cortinas para controlar el flujo de luz y para proporcionar a las estancias cierta intimidad. Pero con algo ligero y suave a la mayoría de los europeos nos llega, mientras que en el estilo british la clave de vestir ventanas está en cuanto más vestidas y con más tela, mejor.
Las mesas camilla y sus faldones
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. La mayoría hemos tenido o tenemos en nuestra casa o en la de algún familiar al menos una mesa camilla con un faldón repleto de dibujos. Pues eso algo que hace décadas que no tiene sentido porque no hay braseros que ocultar y si los hubiese, meterlos en una mesa de madera rodeada de tela por todas partes, seguro que va en contra de la ley de prevención de riesgos como mínimo.
Los tapices de pared
La decoración con tapices, con muchos tapices (en general con mucho de todo), es otro de los clásicos de la historia de la decoración en el Reino Unido. Que igual en palacio no quedan del todo mal, pero colocarlo en la pared del mini salón de tu mini piso europeo, ¡ni lo intentes!
La moqueta hasta en el baño
La moqueta es otro de esos elementos cuyo uso en determinadas circunstancias debería estar tipificado como delito. Los ingleses son capaces de utilizarla hasta en el baño, ellos le ven la utilidad y el confort ahí, cuando mayoritariamente el resto de europeos, vemos un foco de suciedad e incluso infección.
O un toque de crochet
Aunque la palabra crochet es de origen francés y el invento del ganchillo no se cree ni que sea Europeo, a la reina Victoria le debemos en gran medida la extensión de su uso y la posibilidad de invadir con él todas y cada una de las estancias de la casa. Ella compraba siempre encajes artesanales en Irlanda e incluso llegó a aprender a tejerlos.
Esos papeles pintados
No pueden faltar en esta lista los papeles pintados que desde antiguo han decorado y siguen decorando las paredes de tantas y tantas casas en el Reino Unido. Alguno yo creo que forra las paredes directamente con la tela de las cortinas, porque lograr tanta coordinación con esos estampados es complicado.
El batiburrillo de textiles
El menos es más no ha calado hondo entre los británicos. Una pena que los Beatles no hubiesen titulado con 'Less is more' alguna de sus canciones, igual así nos habríamos ahorrado ambientes como el de la foto sobre estas líneas, en el que no caben ya más estampados en los textiles.
El terciopelo y sus brillos
Y, ¿qué me decís del terciopelo? A lo mejor ya os habíais olvidado de él. Pues ahí está, yo estoy segura de que es una de las primeras opciones para retapizar, que te dan en el Reino Unido cuando pides presupuesto para renovar un sofá y, encima, apuesto a que es bien caro.Y preferiblemente con bastantes flecos colgando, que siempre facilitan mucho las tareas de limpieza...
Y pequeños detalles para Navidad
Cuando llega una celebración especial, en el Reino Unido se pueden esmerar aún más y lograr combinaciones alucinantes. Por ejemplo, juntas terciopelo, con crochet y Navidad y te sale algo como la bota sobre estas líneas, ¿no os parece una fusión fantástica?
Pero no todo es malo...
Ahora bien, hay al menos dos cosas que yo sí echaría mucho de menos. Que el Reino Unido no nos quite el sofá chester ni los complementos decorativos de Cath Kidston, porque si no existiesen, ¡habría que volver a inventarlos! En lo que a decoración se refiere, con ellos sí que me quedo y, lógicamente, en otros aspectos con muchas cosas más.
Y no quiero terminar sin una preocupante reflexión, esperemos que esto no sea contagioso y que no pidan Brexit también los suecos, porque entonces sí que vamos a estar en serios problemas...
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