Una chica quiere comprarse su primera casa antes de los 30: va a seguir este truco de ahorro que le han dado sus padres

Minerva Chertó (@minervacherto) tiene claro su objetivo económico: comprar su primer piso antes de cumplir 30 años. Para conseguirlo, sigue al pie de la letra los consejos de sus padres, quienes con esfuerzo y disciplina han logrado llegar a la estabilidad financiera.

“Mi padre es la primera persona a la que acudo cuando tengo algún drama o cuando tengo que tomar una decisión importantísima”, confiesa Minerva. Sus padres, trabajadores por cuenta ajena, han interiorizado desde hace décadas el concepto del ahorro. Cada mes, una parte de sus ingresos va directa a una hucha física o virtual, siguiendo la regla de “bien sean 100, 200 o 500 euros, hay que entrar en la rueda de ahorro mensual”.

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Una buena forma de ahorrar

Siguiendo esta filosofía, Minerva ha decidido destinar 500 euros cada mes para su futuro hogar. “El ahorro tiene que ser grande si quieres alcanzar una meta importante”, explica. Además, su padre le ha recomendado diversificar sus ahorros e invertir en un fondo de inversión, una estrategia que permite iniciar en el mundo de las inversiones sin asumir riesgos excesivos.

Su padre abrió su propio fondo en 1995 con solo 30 euros mensuales, y hoy, 30 años después, ha generado unos 15.000 euros de beneficios, con todavía más margen para crecer en la próxima década. Para Minerva, este ejemplo familiar no solo es motivador, sino también una guía práctica sobre cómo planificar económicamente un proyecto tan importante como la compra de la primera vivienda.

Más allá de los números, la historia de Minerva resalta un principio universal: la combinación de disciplina, constancia y visión a largo plazo puede convertir un sueño en realidad. Para quienes quieren independizarse y dar el salto hacia su hogar propio, la lección está clara: planificar con tiempo y dedicación, ahorrar de manera sistemática y aprovechar herramientas financieras sencillas puede marcar la diferencia.

Si eres constante y sigues un método, como el que me enseñaron mis padres, puedes lograrlo. El ejemplo de Minerva demuestra que la estabilidad financiera y el sueño de una vivienda propia no son metas inalcanzables: solo requieren organización, paciencia y un plan claro.

Imágenes | Unsplash

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