El debate sobre el uso de mascarillas está servido. Hasta la semana pasada, tanto la OMS como el Ministerio de Sanidad desaconsejaban su uso para personas sanas. En cambio, los países asiáticos, o en Europa, Chequia o Eslovaquia, aconsejan su uso para evitar que personas contagiadas pero sin síntomas contribuyan a expandir el virus.
Esta semana, todo ha cambiado porque el gobierno español afirma que está estudiando el uso obligatorio de mascarillas por parte de toda la población. Una medida que a día de hoy, es complicado cumplir dado que no hay existencia de mascarillas en las farmacias incluso desde antes de que comenzara la cuarentena.
Sin duda, las mascarillas homologadas que venden en las farmacias son las más adecuadas, pero ante su falta, hay países como Chequia (un país que cuenta con una de las menores tasas de infección por cada millón de habitantes de Europa.) que recomiendan el uso de mascarillas caseras, aunque estas no garanticen por completo la seguridad.
De hecho, el gobierno español a través del Ministerio de industria, comercio y turismo, ha publicado unas guías para elaborar mascarillas higiénicas. Mascarillas que por supuesto no buscan sustituir a las mascarillas de protección certificada ni a las quirúrgicas, pero que sí podrían ayudar a contener buena parte de las gotitas respiratorias que las personas infectadas emiten al toser, al estornudar o al hablar. Entre las defensoras, Beatriz Novoa, investigadora del CSIC, explicó a la agencia Sinc
“No garantizamos al 100 % la eficacia de una mascarilla casera frente al virus. Sin embargo, sí son una barrera ya que los virus se pueden encontrar en aerosoles y en gotitas de saliva. Deberíamos usar siempre protección cuando estemos atendiendo a mayores o al ir a la compra, pero dejar las mascarillas buenas para los que más lo necesitan”.
El impulsor de una campaña para utilizar mascarillas caseras como medida para rebajar la curva, Jeremy Howard (un emprendedor tecnológico de San Francisco que está liderando el movimiento mundial de #mask4all, defendió hace poco en el Washington Post esta postura frente a los que niegan el uso de mascarillas artesanales. Desde este movimiento promascarillas han recopilado y resumido una cuarentena de estudios e informes que defienden el uso de mascarillas.
Aprovecha textiles que tienes por casa para hacer las mascarillas
Para hacer mascarillas caseras (deben cubrir boca, nariz y mentón) hacen falta telas muy tupidas, de 165 gr/metro cuadrado y 24 hilos/cm. El TNT, el tejido no tejido de 50-60 g/m2 o Espesor: 0,3 -0,5 mm, ya que tienes que transpirar, es el material más recomendado para fabricar las mascarillas caseras.
Pero también las telas de algodón (21x21 cm) están siendo utilizado por muchos talleres de costura para enviar mascarillas a centros como el Hospital clínico de Zaragoza, siguiendo las recomendaciones de profesionales sanitarios.
Por suerte, y sumándonos a la tan sostenible tendencia de reutilizar, seguro que en casa tienes un montón de cosas que podemos aprovechar para confeccionarlas. Piensa en esas sábanas de algodón de la abuela que están súper viejas y que ya no usas nunca. Además, al haberlas lavado un millón de veces, te aseguras de que la mascarilla no encogerá cuando las laves a temperaturas de 60-70º tras utilizarlas. Y contra más capas tenga, mejor. Cuatro capas protegen más que dos a la hora de filtrar .
También puedes reutilizar fundas de cojín, trapos de cocina o incluso esas cortinas 100% algodón que tienes guardadas en el trastero y que sabes que nunca más vas a poner en el salón o el dormitorio. También puedes utilizar fundas de almohada antimicrobianas, o las bolsas de aspirador también se han demostrado que son bastante efectivas para este fin. Si te da reparo utilizar textiles decorativos, quizás puedas utilizar camisetas de algodón.
¿Y para hacer las cintas? Puedes utilizar trozo de telas, cordones de zapatillas deportivas, cordones de cortinas...
Llevar mascarillas no implica olvidar el resto de medidas
Los defensores de no usar mascarillas caseras siempre se agarran a que un mal uso puede ser contraproducente por el mal y uso y por la falsa sensación de seguridad, algo evidente que también afecta a otros elementos protectores como los guantes.
Por eso, queremos acabar este artículo recomendando no cometer errores a la hora de ponerlas y quitarlas, evitando tocar la superficie de la mascarilla para no contaminarnos las manos y la cara sin darnos cuenta. Y por supuesto, tampoco hay que relajar medidas como lavarse las manos frecuentemente, mantener la distancia de seguridad de 1,5 o 2 metros, y seguir apostando por el confinamiento.
Si tú también quieres aprender a fabricar mascarillas caseras, puedes entrar en la iniciativa Modistas Solidarias.
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