Los caracoles son muy habituales en huertos y jardines. Estos moluscos herbívoros de hábitos nocturnos se desplazan dejando una película de baba que producen. Para producirla, necesitan mucha agua.
Y ese es el motivo por el que suelen salir cuando hay tiempo lluvioso, o después de regar el jardín o el huerto. Y su presencia anticipa importantes daños en las plantas de nuestras zonas de exterior al alimentarse de ellas.
Cómo acabar con una plaga de caracoles
Para controlar la presencia de estos moluscos, lo primero es buscar los lugares donde han puesto sus huevos para evitar que nazcan nuevos caracoles. Esos huevos son pequeñas bolitas traslúcidas que suelen encontrarse en lugares que guardan bien la humedad, como la base de las macetas, o en la parte de abajo de piedras o troncos.
Una vez que has eliminado los caracoles futuros destruyendo sus huevos, es el momento de dar caza a los existentes. Así que por la noche, y sobre todo, si ha llovido o has regado, ponte guantes, coge un cubo y sal a encontrar a los caracoles que están saliendo para alimentarte. Después, puedes llevártelos para soltarlos en la naturaleza, o a la orilla de un río o de una acequia.
Si no te apetece salir a recogerlos, puedes colocar una teja en una zona de sombra y a ser posible húmeda, para que puedan esconderse. Y a la mañana siguiente podrás cogerlos para sacarlos de tu huerto o jardín.
Además, para proteger a tus plantas de los caracoles, puedes poner anillos de cinta de cobre alrededor de ellas. También puedes pegar esta cinta en las macetas para que los caracoles no accedan a ellas.
Si la superficie que hay en torno a las plantas es molesta para los caracoles, estos evitarán acercarse hasta ellas. Puedes poner cáscaras de huevo trituradas, arena agilada, grava, serrín... También puedes remover el sustrato superior con una azada con regularidad, ya que hará que la capa superior se seque y que los caracoles la encuentren menos agradable.
También puedes atraer hasta tu jardín a animales que comen caracoles, o cultivar plantas que los repelen. Así, contra más pájaros o ranas tengas, menos cantidad de caracoles habrá. Puedes poner cajas nido, proporcionarles escondites, o crear un pequeño estanque.
Respecto a las plantas que les repelen, hay especies como la anémona japonesa, el geranio macrorrhizum o la Astrantia major.
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