Los dentistas recomiendan cambiar de cepillo de dientes con cierta frecuencia, no solo por higiene (estos suelen ser bonitos campos de bacterias) sino porque las cerdas acaban perdiendo su forma y limpian peor. El caso es que tener que "jubilar" un cepillo de dientes no tiene por qué ser motivo para deshacerse de ellos ya que se pueden "reciclar" como instrumentos para limpiar lugares difíciles.
Debido a su forma, con el palo largo y a las cerdas, los cepillos de dientes antiguos son ideales para llegar a lugares recónditos que necesitan limpieza como por ejemplo:
- Desagües: si quitamos la rejilla, podremos frotar las paredes de los desagües del fregadero de la cocina o del lavabo del baño con el cepillo de dientes. Si necesitamos una limpieza somera, bastará con echar antes un poco de nuestro producto de limpieza habitual para desincrustar la suciedad más sutil.
Los rincones del lavavajillas: en ocasiones en el lavavajillas van quedando restos de suciedad lavado tras lavado y el cepillo de dientes nos puede ayudar a llegar a lugares difíciles. Probad a frotar con vinagre y os asombraréis de los resultados.
Las persianas, que están llenas de recovecos y son difíciles de limpiar del todo. Un cepillo de dientes nos dará precisión para desincrustar la suciedad de las juntas.
Las esquinas de las rejillas, si no estáis muy duchos con el estropajo podéis ayudaros con un cepillo de dientes y acabaréis cuanto antes con la suciedad.
¿Vosotros usáis los cepillos de dientes antiguos para la limpieza?
Imagen | Jim Winstead En Decoesfera | Limpieza
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