Hay personas que de forma sistemática lavan sus toallas después de cada ducha o baño, o como mucho, cada dos o tres usos. En cambio, otras personas, seguramente no recordarán la última vez que cambiaron la toalla y la pusieron limpia.
Pero... Más allá de la sensación de calidez y limpieza que ofrece una toalla recién lavada, a nivel higiénico, ¿hay que lavar la toalla tras cada ducha, o es un lujo innecesario y poco sostenible?
Las toallas, la casa ideal para las bacterias
Al cabo de unos días de uso, las toallas van perdiendo esa suavidad y la textura que tienen al lavarlas, y comienzan a oler a humedad. Pero además, las toallas son el caldo de cultivo ideal para que proliferen las bacterias. Al tener tela gruesa, las toallas necesitan tiempo para secarse, y en ese tiempo, la humedad permite que hongos y bacterias proliferen a sus anchas.
Además de la humedad, estos seres microscópicos se dan un auténtico festín gracias a los pelos, las escamas de la piel y los restos de jabón que dejamos tras utilizarlas.
En estas condiciones, las bacterias se multiplican rápidamente. Según explicó en una entrevista en Vice.com el microbiólogo Marcel Zwietering, del Departamento de Microbiología de Alimentos de la Universidad de Wageningen, "En buenas condiciones, una bacteria se divide aproximadamente cada quince o veinte minutos".
Eso significa que en ocho horas, el tiempo que estás tú en el trabajo tras la ducha matinal, se pueden desarrollar un millón de bacterias en tu toalla. Por eso, es importante que tras su uso, extiendas bien la toalla para que seque, ya que de lo contrario, las bacterias crecerán sin límite entre los pliegues húmedos de la toalla.
Y para todos aquellos que acercan la nariz a la toalla para ver si huele mal, Zwietering lo tiene claro: "Si empieza a apestar, es demasiado tarde. Así que hay que estar muy por delante de eso".
Cada cuanto hay que lavar las toallas
Después de leer todo esto, la pregunta es evidente: ¿Cada cuánto hay que cambiar las toallas de la ducha? Los microbiólogos lo tienen claro, hay que lavar la toalla cada tres duchas.
Realmente, la mayor parte de las personas tienen un sistema inmunológico fuerte no tendrán problemas por usar la toalla varios días seguidos, salvo que tengan infecciones o cortes o heridas en la piel. Las personas con pieles sensibles o con problemas de alergias y de salud sí que deberían ser más escrupulosos a la hora de utilizar las toallas.
Aún así, y para dificultar la proliferación de bacterias, puedes poner la toalla a secar después de casa uso sobre un radiador (los radiadores toalleros son perfectos para este fin), o directamente, tenderlas al sol.
Consejos para lavar las toallas
A la hora de lavar las toallas, es importante no meter la toalla mojada en la lavadora junto con otras prendas si no vas a encender este electrodoméstico en breve. El motivo es que los malos olores y el moho se pueden propagar por el resto de la ropa.
A la hora de lavar estas textiles, hay que utilizar un programa de 60ºC. Si quieres utilizar un programa menos potente, puedes lavar a 40ºC, añadiendo un chorrito de vinagre a las toallas. Este ingrediente que todos tenemos en la cocina es muy eficaz a la hora de acabar con las bacterias.
Una vez hecho el lavado, también es importante no dejar mucho tiempo las toallas dentro del tambor, ya que al estar húmedas, las bacterias volverán a desarrollarse en poco tiempo.
Fotografías | Freepik
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