Hoy os traemos otro de esos antes y después que están al alcance de cualquiera. Durante años, esta pequeña terraza en el tejado solo servía para alguna que otra barbacoa y acumulaba suciedad con el paso del tiempo. Pero con unos cambios sencillos, sin necesidad de hacer obras, se ha transformado en un verdadero refugio al aire libre.
El punto de partida era un desastre: un espacio descuidado, con falta de personalidad y poco o nada acogedor. Sin embargo, la incorporación de un sofá de ratán sintético, cojines cómodos y otros complementos textiles marca la diferencia. Ahora, la terraza no solo es más funcional, sino también un lugar perfecto para relajarse.

Después de tanto tiempo, era momento de refrescar la decoración. Con algunos muebles y complementos adicionales, el espacio ha ganado en encanto. Aún se puede mejorar, por ejemplo añadiendo algunas plantas más en el lateral para darle más privacidad, pero la transformación ya es evidente. Yo tal vez también cambiaría el puf central por una mesa de centro más pequeña...
Es necesario que el buen tiempo acompañe para poder sacarle el máximo provecho, pero ahora disponen de un rincón exterior acogedor listo para disfrutar en cuanto salga el sol. Una vez más, esta reforma sin obras nos demuestra que con pequeños cambios, cualquier espacio puede convertirse en un oasis personal.
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