Lo que se había convertido en un pequeño rincón olvidado del hogar, con suelo desgastado y sin vida, renace como un acogedor espacio exterior gracias a una transformación sencilla pero efectiva. El punto de partida fue cambiar el suelo con césped artificial, una solución barata que aporta un aspecto más fresco y natural y que también es fácil de colocar y mantener.
Para completar el nuevo estilo, se añadieron un par de sillas Acapulco, cuyo diseño abierto aporta personalidad sin saturar el espacio. Junto a ellas, un par de muebles auxiliares para apoyar cosas o para almacenaje pueden ayudar a mantener el orden y la funcionalidad.
Aunque el cambio es evidente y el balcón ya invita a disfrutar de un café al sol o una noche de charla, en mi opinión aún faltan los textiles. Alfombras, cojines y quizás una manta ligera no solo sumarían comodidad, sino que también aportarían textura y calidez, haciendo del balcón un verdadero refugio urbano.
Otro aspecto que se podría tener en cuenta en la renovación es la luz. Más allá de que las guirnaldas de luces y los faroles estén muy de moda, la verdad es que en las noches de verano hacen que el ambiente de balcones y terrazas resulte mucho más acogedor, por lo que yo también añadiría algo en ese sentido, ¿nos os parece?
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