Inspirado en la idea del "slow living", el antes y después de esta terraza nos demuestra que no hacen falta grandes obras para lograr un cambio sorprendente. Con materiales naturales, color y un poco de cariño, cualquier balcón puede convertirse en un oasis personal.
El cambio comienza desde el suelo, donde una alfombra de fibras vegetales aporta textura natural y una base cálida para disfrutar al aire libre. Esta elección sencilla marca la diferencia, sumando confort sin perder el aire relajado del espacio.

Los muebles juegan también un papel protagonista: piezas ligeras, con líneas vintage y encanto atemporal, invitan a pasar horas entre conversaciones y cafés al sol. Los detalles florales, frescos y coloridos, dan el toque final, llenando de vida cada rincón.
Pero el gran gesto transformador lo protagoniza la pared lateral, que se ha renovado con una capa de pintura en un tono más claro. Este simple cambio potencia la luz natural y amplía visualmente el espacio, creando una atmósfera mucho más acogedora. ¿Qué os parece el resultado?
Más información | leonie.pauls en Instagram
En Decoesfera | Era una cocina noventera fea y tristona: ahora se ha transformado en una cocina vibrante sin apenas presupuesto
Entrar y enviar un comentario