Convertir un balcón pequeño en un rincón acogedor y con personalidad propia es posible y este antes y después, una vez más, nos lo demuestra. Lo que antes era un balcón feo y sin vida se transforma en un refugio exterior encantador, lleno de color y estilo, perfecto para relajarse y disfrutar del aire libre sin salir de casa.
La clave del cambio está en los detalles: la pared pintada y con guirnalda de luces, la mesa verde plegable que hay en Leroy Merlin por 45,99 euros o taburetes y macetas pintados con tonos pastel dan un toque alegre y personal al ambiente. Ese toque pastel, marca la diferencia y convierte este rincón urbano en un espacio de revista, incluso con las plantas aún creciendo.

Uno de los encantos naturales del balcón es la vista directa a un árbol cercano, lo que suma frescura y verdor al conjunto. La combinación de colores suaves y la cercanía de la naturaleza convierten este lugar en un pequeño oasis dentro de la ciudad, ideal para leer, tomar un café o simplemente desconectar un rato de la rutina.
Este tipo de transformación nos recuerda que no hace falta tener una terraza enorme para disfrutar de un espacio bonito. Con un poco de pintura, creatividad y cariño, cualquier balcón por pequeño que sea puede convertirse en el rincón favorito de nuestra casa.
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