Como bien dicen en el estudio de La Habitación Verde la llegada de un nuevo miembro a la familia es siempre una gran alegría, pero también un momento de cambios y una fuente de preocupaciones. Así lo pensaron también sus clientes, Alberto y Arancha, que con el nacimiento de su hijo empezaron a albergar dudas sobre la seguridad de la barandilla de su terraza y decidieron cambiarla, aprovechando para darle un nuevo aire a un espacio que no les convencía demasiado.
El planteamiento con el que los paisajistas afrontaron el proyecto fue claro: unificar los materiales y conseguir un espacio acogedor y seguro. Aprovecharon además para ampliar visualmente la terraza consiguiendo crear un jardín urbano agradable y cálido. Veamos cómo lo han hecho.
Después de estudiar detenidamente las necesidades y posibles alternativas se optó por cubrir todo el suelo con lamas de madera de ipé, construyendo además para el frente unas jardineras integradas que, sujetas a una estructura de pino y posteriormente recubiertas con la misma madera, permiten ocultar la barandilla y crear una superficie unificada y segura por la que resultaría muy difícil trepar.
Como podéis ver en los croquis del proyecto, arriba, y en la imagen bajo estas líneas la terraza cuenta con una parte ancha y una estrecha. En la parte estrecha no se colocaron jardineras, porque de lo contrario hubieran empequeñecido demasiado el espacio y la circulación no sería fluida.
En la composición inferior podemos ver en detalle cómo se ha ejecutado la obra. La tarima se ha clavado sobre unos rastreles que, junto con el registro de desagüe que se dejó, garantizan que el drenaje sea el adecuado.
Las jardineras, fabricadas con DM y convenientemente impermeabilizadas, se colgaron ayudadas por estructuras de pino, creando un espacio que permite ocultar además convenientemente el riego por goteo que las mantiene.
La obra, incluyendo todas las instalaciones y la plantación del jardín, duró apenas una semana, más un par de días para dejar secar el aceite protector y nutritivo que aplicaron a la madera, ya que no se debe pisar hasta que ésta lo haya absorbido por completo.
El resultado a la vista está, sin tocar la barandilla y con la mínima intervención se han conseguido todos los objetivos que se pretendían: un espacio seguro, unificado y sobre todo muy agradable en el que poder disfrutar al máximo en cualquier estación.
Por mi parte no puedo estar más de acuerdo con lo que comenta Andrea G. Padin, de La Habitación Verde:
Una de las ventajas de contratar a un profesional es que te da opciones e ideas que a priori no te has planteado En principio es fácil sentirse tentado con la idea de hacerlo todo nosotros mismos… sobre todo si eres un apasionado del bricolaje y la jardinería… pero ¿es realmente la mejor decisión?
Os dejo con la pregunta y con todos los detalles en la galería, para que podáis recrearos con el proyecto.
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