Nacho Viñau Ena
CoordinatorEn estos días en los que el aire adquiere un matiz más suave y la luz de la tarde se vuelve más tenue, a veces basta un pequeño gesto para que nuestra casa vuelva a respirar calidez y color sin demasiado esfuerzo. Y más allá de poner unas velas o de hacer algún cambio en la decoración, las plantas pueden ayudar a dar ese toque diferente a nuestro hogar durante la temporada otoñal.
Y aunque muchas personas piensan que tras el verano es prácticamente imposible tener flores en casa, lo cierto es que hay plantas resistentes al frío y que florecen cuando otras especies entran en letargo. Entre ellas, destacan especialmente los crisantemos, una planta que son una estupenda opción para llenar la casa de color en esta época del año.
Los crisantemos bouquet de Lidl
En esta cadena de supermercados han puesto a la venta un crisantemo bouquet, una maceta con distintas variedades de crisantemos. Estos crisantemos tienen una altura de unos 14 cm, un diámetro de entre 25 y 35 cm y un precio de 3,99 euros. Además, estos crisantemos bouquet permiten tener una amplia variedad de colores dentro de la misma maceta.
Esa composición multicolor en una única maceta quedará ideal en la mesa baja del salón, en un hueco del recibidor que pide algo más de protagonismo, en el alféizar de la ventana o en el balcón, dado que es una planta que resiste bien las temperaturas otoñales.
Cómo cuidar el crisantemo
Cuidar de un crisantemo es mucho más sencillo de lo que parece, sobre todo si tenemos presentes unas pocas pautas básicas. A esta planta le gusta la luz, pero sin exceso: lo ideal es colocarla en un lugar luminoso, protegido del sol directo de las horas centrales del día. Prefiere temperaturas frescas, entre 10 y 18 °C, y agradece pasar la noche en un espacio bien ventilado, alejado de fuentes de calor como radiadores o estufas.
El riego debe ser regular, manteniendo el sustrato ligeramente húmedo pero sin encharcar. Es mejor comprobar con los dedos que la tierra empieza a secarse antes de volver a regar. Y, si está en maceta, conviene que el recipiente tenga buen drenaje para evitar que las raíces se pudran.
Otra costumbre útil es eliminar las flores marchitas a medida que se vayan secando: de esta forma, la planta concentra su energía en producir nuevas flores y el conjunto mantiene un aspecto fresco durante más tiempo. Un abonado suave cada dos semanas, mientras dure la floración, también ayuda a prolongar su vitalidad.
Por último, cuando termine la temporada, podemos recortar los tallos a unos pocos centímetros del suelo y dejar la planta en reposo hasta la siguiente primavera. Con un poco de mimo, el crisantemo volverá a brotar y regalará de nuevo su colorido al otoño siguiente.
Fotografías | Freepik, Lidl
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