Si hay una flor icónica, es la rosa. Un detalle de amor en un ramo de flores, básico floral en un jardín de primavera y parte de la decoración dentro de casa. Las flores son un símbolo de cariño, romance y aprecio hacia la persona que las tiene o para quien van dirigidas como regalo. Por eso, si quieres que tus rosales luzcan siempre perfectos, te contamos varios trucos y consejos que te ayudarán a conseguirlo.
Tener rosas en el jardín no solo consiste en esperar a que crezcan vivas y coloridas en primavera, sino que también hemos de saber cuidarlas en invierno para que luego den sus pétalos en la etapa de floración. ¿Quieres presumir de rosales la próxima primavera? ¡Mira lo que tienes que hacer!
Espera la primera helada
Partiendo del básico de saber donde plantar tu rosal (evitando fuertes corrientes de viento durante el invierno). Espera la primera helada de finales de otoño o principios de noviembre para empezar los cuidados invernales. Por eso, si ya has visto algo de hielo sobre tus rosas... ¡no esperes más, es el momento!
Poda tus rosas durante el otoño
Después de notar la primera helada sobre ellos y justo antes de que la planta entre en su estado de dormancia (período en el ciclo biológico de un organismo en el que el crecimiento, desarrollo y actividad física se suspenden temporalmente), poda tu rosal.
Al hacerlo, procura dejar las cañas a una altura de 60 a 90 centímetros del suelo y átalas todas juntas para que resistan al viento y temporal del invierno.
Controla las posibles plagas
Después de podar tus rosales, controla la llegada de posibles plagas como larvas de avispas, abejas o moscar que pueden dañar su raíz y perjudicar su crecimiento. Para prevenir daños, aplica pegamento o pintura de poda en los cortes y protégelos.
Riego en otoño tardío
A pesar de que la planta haya entrado en dormancia y las hojas estén prácticamente secas, sus raíces siguen vivas y necesitan agua. Por eso, sigue regando tus rosales en invierno pero únicamente cuando el suelo esté completamente seco.
Protege los rosales de las heladas
El frío daña el crecimiento y estabilidad de tus rosales. Por eso, protege la planta con una estructura de estacas a su alrededor y cúbrela con una manta vieja en las noches más frías o en las heladas del invierno.
Imágenes | Unsplash
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