Las plantas de interior nos permiten a dar un toque natural a nuestro hogar, además de ayudarnos a purificar el aire de casa y que esta sea más saludable. Pero a la hora de cultivar plantas, hay que elegirlas bien ya que cada planta necesita luz, riego y fertilizantes en cantidades diferentes. Mientras que hay plantas que requieren de cuidados muy especiales, hay otras plantas que son muy fáciles de cuidar.
Entre las plantas de interior, cada vez está más extendido el cultivo de plantas al aire, sin sustrato. Las plantas pueden crecer sin tierra gracias a una técnica hidropónica, mezclando agua con minerales y materiales como guijarros de arcilla o piedras.
Y en el caso de de las orquídeas Phalaenopsis, son ideales para cultivarlas con este sistema. Este tipo de orquídeas crecen en su estado natural en la corteza de los árboles, donde sus raíces se extienden sobre la superficie.
Para cultivar la orquídea sin tierra necesitarás un jarrón para llenarlo de agua. Es muy importante que el jarrón o maceta sea transparente, para que la luz pueda pasar y las raíces de la planta puedan desarrollarse de forma correcta.
Antes de pasar las orquídeas de la maceta con tierra al jarrón o maceta con agua, deberás lavar bien la raíz para eliminar cualquier rastro de suciedad. Si hay alguna parte de la raíz que está seca o podrida, también deberás cortarlas con una tijera esterilizada.
El agua que utilizarás deberá ser sin cloro. Puedes usar agua de lluvia, poner gotitas anticloro en el agua, o dejar el agua del grifo un par de horas para que el cloro se elimine.
Es muy importante que cambies el agua a menudo para evitar que se ensucie y que se desarrollen hongos. Habría que cambiar el agua máximo cada tres semanas.
Cuando metas la orquídea en el agua, debes asegurarte de que solo se sumergen las raíces. Nunca hay que dejar que se mojen las hojas. Si sucede esto, la planta comenzará a pudrirse y morirá en poco tiempo. Si la orquídea es demasiado grande y se hunde, humedeciéndose las hojas, puedes colocar en el fondo piedrecillas para elevar la planta.
Durante el proceso, es fundamental prestar atención a cómo responden tus orquídeas cuando están en el agua. En este sentido, deberás ajustar los niveles de agua si notas que las flores se caen o si las hojas se vuelven amarillas.
Además de encontrar el punto justo de agua, también tendrás que fertilizar las plantas si quieres que crezca y tenga una buena floración. En este caso, lo mejor es agregar algunos granitos de osmocote de liberación lenta al agua. Cuando renueves el agua, deberás renovar también el fertilizante.
Además, deberás vigilar su crecimiento y asegurarte de que recibe la cantidad de luz adecuada, vigilando además la temperatura. Par este tipo de orquídeas, lo más recomendable es que reciban luz filtrada, y a ser posible, que el agua no tenga cloro. También es importante que la maceta o jarrón evite que las hojas se humedezcan. Deberías tenerla a una temperatura superior a los 23ºC, aunque si quieres que florezca, deberás someter a la planta a una disminución.
Para terminar, debes saber que las orquídeas pueden tardar unas semanas en adaptarse a crecer en agua, así que tendrás que darle un poco de tiempo para ver si la adaptación es buena. No obstante, si ves que la planta no se adapta, deberás plantarla de nuevo en una maceta con tierra.
Fotografías |Chandlervid85 en Freepik, Fabien BELLANGER en Unsplash
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