Las rosas son una de las flores más extendidas en los jardines de nuestro país a causa de su belleza y de su agradable aroma. De hecho, en muchas casas son el orgullo de los jardineros, ya sean nóveles o avanzados. Para conseguir esa floración espectacular que todos buscamos, la poda juega un papel clave dentro de las tareas que debemos realizar para cuidar esta planta.
Hoy, te contamos cómo podar los rosales durante el mes de octubre, y de paso, qué hacer con los esquejes para obtener nuevas plántulas para extender las rosas por todo el jardín sin tener que comprar nuevos ejemplares.
Cómo podar las rosas en octubre
Octubre es el momento en el que muchos jardineros comienzan a preparar sus jardines para la llegada del frío. Y los rosales no se quedan atrás en esas tareas, ya que necesitan de una atención especial.
Una poda bien realizada ayudará a tus rosales a soportar mejor los fríos invernales al proteger al arbusto de posibles infecciones si se pudren los brotes que se dejan durante el invierno. Pero además, la poda del rosa en otoño nos permitirá conseguir plántulas gratis para plantar rosas adicionales.
La poda del rosal puede ser débil, media y fuerte. Con la poda ligera se deben dejar de ocho a 12 cogollos formados en los brotes de las rosas. También se deben eliminar los brotes débiles y los que no han terminado de desarrollarse.
La poda debe realizarse en la yema exterior. De esta manera, el brote que salga de dicho corte en primavera hacia afuera y no espesará el arbusto. Si no se hace así, habrá que podar la planta nuevamente. Con la poda moderada o intermedia hay que dejar entre cuatro y seis yemas en la zona visible de un brote fuerte. La poda fuerte es mejor no realizarla, ya que podría debilitar al rosal de cara a soportar el frío del invierno.
Tras podar los rosales, es importante cubrir las raíces con una capa de mantillo de entre 10 y 15 cm de altura para protegerlas de las bajas temperaturas invernales.
¿Cómo plantar brotes de rosas después de la poda?
Una de las cosas positivas de la poda otoñal es que podemos sacar esquejes para poder extender rosales por el jardín. Para comenzar con este proceso, deberás cortar ramas que tengan el grosor de un lápiz, de las que saldrán los esquejes de 20 a 25 cm de largo,
El corte superior debe ser recto y estar ubicado por encima de la yema, mientras que el corte inferior debe ser oblicuo y debajo de la yema. Los esquejes resultantes se deben poner a remojo durante un día en una solución de Bacillus subtilis. Esta solución los desinfectará y estimulará la formación de raíces. Así, los esquejes enraizarán con mayor éxito.
El siguiente paso será excavar un hueco en la tierra y deberás plantar los esquejes en un ángulo de 45 grados de norte a sur, dejando una o dos yemas por encima de la superficie. A continuación deberás regarlas y cubrirlas con hojas caídas para evitar que se congelen. Al cabo de un año, la planta irá creciendo y se hará cada vez más fuerte, transformándose en un hermoso rosal.
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