Junto con las las sansevierias, el poto es una de las plantas más habituales habitual en los hogares españoles. Es resistente, fácil de cuidar, y además, decora y viste cualquier rincón. Y por si fuera poco, es una de las plantas que purifican el aire y eliminan las sustancias nocivas.
Más allá de los cuidados básicos como el riego que esta planta necesita, los potos también requieren ser podados. Por suerte, la poda de esta planta no es muy dificultosa. Y si quieres saber cómo debes hacerlo, tan solo debes seguir leyendo este artículo.
Cuándo y cómo hay que podar el poto
El poto realmente es una planta muy fácil de cuidar, y su poda también lo es. La mejor época para podar un poto es esperar a que el poto no esté en crecimiento activo.
Para podar el poto y fomentar su crecimiento y que esté más saludable, lo primero es desinfectar bien las tijeras de poda para evitar posibles infecciones en los cortes. Después, deberás identificar qué ramas vas a a podar. Busca las ramas muertas, o aquellas que están dañadas o ves que son débiles.
También puedes podar las ramas más largas para controlar su crecimiento y darle la forma deseada a la planta. A la hora de podar, deberás hacer los cortes por encima de los nudos o puntos de crecimiento. Los cortes, deben ser limpios.
Recuerda que aunque las podas son beneficiosas y necesarias para que la planta crezca, una poda excesiva puede ser negativa para tu poto. Por eso, limita la poda al 25% de la planta como máximo.
Una vez que has acabado con la poda, echa un abono orgánico para estimular el crecimiento de tu poto. Puedes aplicar un abono orgánico o específico para plantas de interior.
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