Las ilusiones ópticas enganchan, ha quedado claro en los últimos tiempos con varios artículos que han generado debate sobre colores y formas, el vestido azul, las paralelas que parece que se van a cortar y otros muchos ejemplos nos llevan a pensar que hay algo en las ilusiones ópticas que nos fascina, pero cuando se trata de ponerlas en suelos la cosa cambia.
La sensación de caminar sobre un suelo aparentemente inestable para muchos puede ser desagradable y es por eso que mi duda de hoy es si diseñar un suelo con efecto 3D para darle a una estancia o un pasillo un estilo elegante, moderno, llamativo y sorprendente es una buena o mala idea desde el punto de vista decorativo.
Los diseños de las imágenes de este artículo son de la firma de suelos vinílicos de Atrafloor, en particular de su colección de diseños geométricos, vistos en imagen a mi me encantan, pero si me tengo que poner a caminar sobre ellos con mucha frecuencia ya no sé si me gustarían tanto, sobre todo en el caso del primero.
Es cierto que hablamos de paletas de color contemporáneas y diseños que se ven muy actuales y llamativos, pero mi duda está en la funcionalidad. Básicamente yo creo que para un espacio público o comercial pueden ser una buena idea, incluso un buen reclamo por la curiosidad que pueden generar, pero para viviendas en las que una misma persona tiene que pisar el mismo suelo varias veces al día me parece que podría llegar a aburrir o incluso agobiar fácilmente... Y vosotros, ¿cómo lo veis?
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